José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

15 Feb, 2023

Maíz-glifosato, no lo ven con industria nacional; EU pide explicación

El nuevo decreto del maíz y del glifosato buscó quedar bien con el ala dura del gobierno obradorista, prohibir cualquier maíz transgénico y el glifosato, pero también con Estados Unidos. Y no se está logrando ni uno ni otro, a pesar de que el nuevo decreto permite la importación de maíz amarillo genéticamente modificado para el consumo pecuario (animales).

El secretario de Agricultura de EU, Tom Vilsack, dijo que EU se siente decepcionado por el nuevo decreto mexicano. Insistió en la falta de sustento científico para prohibir maíz genéticamente modificado y glifosato. De igual manera, Tom Haag, de la Asociación Nacional de Productores de Maíz, pidió a su gobierno revisar el caso con México y dijo que la administración Biden ha sido muy paciente con México. Suenan campanas de guerra comercial en otro tema, ahora: maíz-glifosato.

BUENROSTRO FUE CON MONSANTO Y CARGILL

Para el nuevo decreto, la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, fue a entrevistarse con los productores de maíz de EU, sobre todo los grandes productores de transgénico, Monsanto (Bayer) y Cargill. Después, consideró que México podría seguir importando maíz genéticamente modificado en el consumo pecuario (alimentos para animales). De hecho, México importa el 70% de maíz amarillo de EU, que es transgénico y es el que se mantiene en el decreto. El que sí queda prohibido es el maíz blanco transgénico. El maíz blanco es usado para el consumo humano, sobre todo tortillas y derivados. Y ahí tenemos poca importación, casi somos autosustentables.

IMCO ADVIERTE: SIN SUSTENTO CIENTÍFICO VS. T-MEC

El IMCO trae un análisis con un apunte preciso: el problema para México es no sustentar científicamente la prohibición del maíz blanco genéticamente modificado. Si quieres cambiar una regla en el T-MEC, debes sustentarlo científicamente.

Hay campanas de guerra en otra disputa comercial. Y otro problema para la integración comercial norteamericana.

EN GLIFOSATO, NO CONSULTARON A LA INDUSTRIA

Y ya del glifosato ni hablamos. El decreto lo prohíbe a partir de abril de 2024. El gran problema de la 4T es su animadversión al sector privado, su falta de confianza en los sectores productivos. Nunca los consulta y, si los consulta, no les hace caso.

Considera a la industria sólo como una generadora de ganancias, como derrochadores de utilidades, sin tomar en cuenta que son los que generan empleos, producen valor y son creadores de ingresos para la economía.

En el glifosato no tomaron en cuenta lo advertido por el Consejo Nacional Agropecuario, presidido por Juan Cortina Gallardo, quien, al representar al sector agropecuario industrial, les advirtió que, hoy en día, el campo industrializado utiliza el glifosato como principal herbicida. ¿Con qué consideras sustituirlo? Debes hacerlo de la mano con la industria.

Luis Eduardo González, director de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos, nos señala que ya había una prohibición al glifosato, en 2022 sólo se permitía importar 8.5 millones de litros, cuando antes era de 22 millones. En Sonora y Chihuahua se consume de contrabando. E insiste en lo mismo que las autoridades estadunidenses: no hay evidencia científica de que el glifosato sea cancerígeno.

CONACYT: SÍ HAY SUSTITUTOS… PERO NO LOS DICE

A contracorriente, el Conacyt, a cargo de Elena Álvarez-Buylla, señala que sí hay evidencias científicas de los daños generados por el glifosato a la salud humana. Sólo que el Conacyt no ha brindado ningún posible sustituto. En los corrillos se ha dicho que recurriría a herbicidas de uso artesanal o tradicionales, que van desde el ácido acético, es decir, vinagre, o el agua carbonatada. En Europa han investigado para sustituir el glifosato. Tras una inversión de más de 7 millones de euros, MAAVi Innovation Center, de Kimitec, ha logrado tener herbicidas provenientes de dos plantas, carinata y camelina, como futuros sustitutos del glifosato.

En contra del glifosato existe la clasificación de la OMS: “es probablemente cancerígeno para los seres humanos”. Esto lo deberá probar el gobierno mexicano para hacer cambios en el T-MEC y, desde luego, platicar y abordar de mejor manera con el sector privado mexicano su sustitución. El decreto no toma en cuenta la realidad de la industria.

 

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