José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

18 Mar, 2019

Rompecabezas laboral

 

No empatan los intereses del sector laboral entre los empresarios, la Secretaría del Trabajo y las centrales obreras. Los empresarios quieren paz laboral, sobre todo después de lo que pasó en Matamoros, donde los sindicatos pedían el 20/32 (20% de aumento salarial y 32 mil pesos de bono). La Secretaría del Trabajo quiere remover las viajes estructuras sindicales con una iniciativa de ley, que tiene entre sus principales objetivos tener sindicatos más representativos. Y las centrales obreras, como la CROC y la CTM, ven con recelo la creación de la Confederación Sindical Internacional Democrática (CSID), encabezada por Napoleón Gómez Urrutia, que para muchos será el nuevo brazo corporativo, pero ahora de Morena.

CONTEXTO COMPLICADO

Por si fuera poco, el horno no está para bollos. A la Secretaría del Trabajo, a cargo de Luisa María Alcalde, no le ha salido como quería el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro, que, debemos decirlo, es interesante que busque rehabilitar a los jóvenes que ni trabajan ni estudian, al permitirles capacitarse. Sin embargo, la inscripción en el programa va mucho más lenta de lo que se pensaba. Habrá que ver las causas.

Y si a ello le añadimos que la generación de puestos de trabajo ha sido menor, tenemos un caldo de cultivo difícil en el tema laboral.

CANACINTRA Y CCE QUIEREN PACTO LABORAL

Los empresarios ven con preocupación lo sucedido en Matamoros, donde algunos abogados laborales se dieron cuenta de que los contratos colectivos estaban relacionados con el salario mínimo, y como el salario mínimo aumentó al doble en la frontera norte, entonces los abogados asesoraron a los sindicatos para que elevaran al doble sus exigencias salariales. Sin embargo, todos sabemos, el salario debe cubrir las satisfacciones básicas, pero también ir incrementándose de manera sostenida en base a la productividad.

De ahí que el presidente de la Canacintra, Enoch Castellanos Férez, preocupado por las exigencias salariales de la frontera, que podrían llegar al resto del país, ha solicitado un Pacto Laboral.

Enoch le propuso el pacto laboral al presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar Lomelín, quien lo llevará a la conferencia Nacional de Gobernadores, la Conago.

El objetivo: tener un pacto entre empresarios y gobernadores, donde se comprometan a tener paz laboral, es decir, sí a permitir las exigencias salariales, pero moderadas y tomando en cuenta la productividad.

SECRETARÍA DEL TRABAJO: INICIATIVA QUE CAMBIE MUNDO LABORAL

Sin embargo, la Secretaría del Trabajo, a cargo de Alcalde, ha quedado fuera de este pacto. No se sabe si lo apoya o no. Alcalde más bien quiere una nueva estructura de la legislación laboral, que se traduzca en más sindicatos (o mejor dicho más representativos), así como el tener un órgano autónomo (sí, lo escuchó bien, en un gobierno donde no les encantan los órganos autónomos, aquí buscarían uno). Se trata de la creación del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, que vendría a sustituir los horrores de la Junta de Conciliación y Arbitraje.

Para la Secretaría del Trabajo también se buscará eliminar la extorsión, donde el nuevo Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral evitará el chantaje de emplazamiento a huelga por parte de los sindicatos. Aquí, los empresarios podrían explorar esta propuesta para evitar huelgas que sólo son extorsiones. Aunque la siguen viendo con recelo.

CENTRALES CORPORATIVAS SE PELEAN ENTRE ELLAS

Mientras tanto, las cúpulas sindicales, que tradicionalmente han sido tachadas de poco representativas, poco democráticas, en fin, que han sido un negocio redondo para las dirigencias sin representar los intereses laborales, se encuentran en plena rebeldía.

Carlos Aceves del Olmo, líder de la CTM, ha acusado a todos, sobre todo a la Secretaría del Trabajo, de incentivar el conflicto en Matamoros. Dice la CTM que ella regresará la paz laboral, e incluso hasta señala que sus dirigentes más grandes de edad serán removidos.

Pero no sólo es la CTM. También la CROC fue la que estaba originando la primera demanda muy elevada del sexenio, la de Walmart, donde también pedían un incremento salarial del 20% más porcentajes de las ventas de la tienda de autoservicio. La huelga se conjuró de manera prudente: aumento salarial con base en la inflación y bono de productividad. Este tipo de negociaciones contractuales son sostenibles en el tiempo y tienden a ganar poder adquisitivo a favor del trabajador.

La CTM y la CROC ven con total descontento la nueva central obrera encabezada por Napoleón Gómez Urrutia. Consideran que será lo que ellos fueron, una central obrera que en realidad es un brazo corporativo de un partido político. Así como ellos eran del PRI, la de Gómez Urrutia sería de Morena.

Como vemos, hay un rompecabezas laboral, donde no hay consensos y, más allá de los legítimos intereses de cada uno de los actores o autoridades, el no tener consensos es riesgoso.

 

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