La economía se frena

La parálisis gubernamental, la escasez de combustibles, las decisiones a bote pronto están afectando la marcha de la economía y es factible que en 2019 tengamos recesión.

Los datos del Indicador Global de la Actividad Económica que dio a conocer el Inegi, el 24 de enero, con cifras hasta noviembre del 2018, y que mide el comportamiento de la economía en el corto plazo, nos hablan de una ligera desaceleración; a tasa anual, de 2.1% y 2.9% en septiembre y octubre del año pasado, y a 1.8% en noviembre.

En la realidad, no existe ninguna condición para que la economía crezca siquiera al promedio de 2% anual de los últimos años.

1. Se ha golpeado la confianza de los inversionistas con decisiones como la cancelación del proyecto del NAIM y la amenaza de las iniciativas sobre comisiones bancarias, la autonomía del Banco de México y el manejo de los recursos de las afores.

2. El combate al huachicoleo de gasolina tiene sin combustible a varias entidades con gran actividad económica como Guanajuato, Nuevo León y Jalisco y, sin duda, frenará la economía con probable escasez de productos en la medida que el racionamiento se prolongue.

3. Muchas áreas del gobierno están paralizadas, porque los nuevos titulares no tienen idea de qué hacer o porque las dependencias están en proceso de mudarse a otras entidades y el prestar sus servicios ha pasado a segundo término.

4. Las contradicciones diarias de la cúpula gubernamental evidencian una enorme ineficacia en el ejercicio público.

En el corto y mediano plazo, la actividad del gobierno se paralizará aún más en la medida que empiece el cambio físico de las dependencias, en lo que se acomodan en sus nuevas oficinas, contratan personal faltante, instalan las redes de cómputo, mandan hacer papelería y sellos con las nuevas direcciones pueden pasar muchos meses, en los que las decisiones de inversión serán imposibles porque no habrá permisos, aprobaciones y un clima de seguridad jurídica para emprender proyectos.

Si se confirma que la actividad económica está cayendo, las proyecciones del presupuesto empezarán a fallar y/o hacen correcciones con un recorte o recurren a la deuda pública para cubrir el faltante que provoca una menor actividad económica.

La percepción entre los inversionistas es que hay un profundo desorden en todas las áreas de la actividad gubernamental federal y que eso provocará que los motores que impulsan la economía se empiecen a pagar.

Hoy por hoy se mantiene e, incluso, ha crecido la popularidad del Presidente de la República, pero la popularidad es buena para ganar las elecciones, pero de nada sirve si no se refleja en eficacia del gobierno, en decisiones que apunten a un rumbo definido, en sembrar confianza entre los inversionistas nacionales y extranjeros.

Casi no hay duda del frenón, pero sí hay muchas dudas de que las cosas se compongan y la economía mejore luego del primer año.

Hasta el próximo lunes y mientras, no deje de seguirme en mi página de FB, Perspectivas de Luis Enrique Mercado y en Twitter como @jerezano52.