La historia de Burt Shavitz, un hippie que renunció a su fortuna para ser feliz

Burt Shavitz era dueño de un tercio de las acciones de la exitosa marca de belleza Burt’s Bees, sin embargo, decidió renunciar a su fortuna para tener una vida tranquila. Esta es su historia.

La historia de Burt Shavitz

Shavitz disfrutaba vivir rodeado de la naturaleza y pasar su tiempo con sus tres perros labradores y abejas. Era considerado como un hombre de espíritu libre y un apicultor aficionado.

El hombre recorría los caminos de Maine para vender la miel que producían sus abejas, y el dinero que ganaba le era suficiente para vivir tranquilamente y sin deudas.

Trabajó como fotógrafo. El ajetreo de los años 60 hizo que dejara de vivir en Nueva York, así que decidió compra una pickup para mudarse al bosque.

Lejos de la urbanización y de haber encontrado un enjambre, se dedicó a poner en práctica las habilidades que adquirió en Nueva York, ya que uno de sus amigos le enseñó cómo cultivar y cuidar abejas.

Nace un pequeño negocio

Para 1984 conoció a una hippie llamada Roxanne Quimby, quien se dedicaba a producir lociones y bálsamos naturistas, para contribuir a esta actividad, Shavitz le proporcionó 200 libras de cera de abeja.

El negocio se amplió y empezaron a producir muebles, velas, lociones y el famoso bálsamo para labios, tal fue el éxito de ese producto que comenzó a comercializarse en tiendas locales y ferias de la región. En los años 2000 ya registraban ventas de aproximadamente 23 millones de dólares al año.

La marca de Burt’s Bees alcanzó gran éxito, sin embargo, para Shavitz el dinero no lo era todo y a pesar de que tenía millones de dólares decidió llevar una vida tranquila, por ello vendió su parte de la empresa en 130 mil dólares.

Finalmente, Quimby y Shavitz tomaron la decisión de separarse y Clorox desembolso casi mil millones de dólares para hacerse de las acciones de la pequeña empresa, pero le dieron una pequeña compensación al fundador.