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CIUDAD DE MÉXICO.- La banda del automóvil gris fue un grupo delictivo dedicado principalmente al robo de viviendas de lujo en la capital del país, operó durante el año 1915, aunque algunos datos refieren que la banda de facinerosos se creó en un bar después de un motín en la cárcel de Belem en 1914. La historia fue llevada al cine en 1919 bajo la dirección del cineasta Enrique Rosas.
A mediados de la década de 1910, México vivía una serie de cambios políticos y sociales derivados del movimiento armado revolucionario. Por aquellos años, eran costumbre los robos, agresiones de todo tipo y disparos, entre otros hechos violentos. Para ese momento, Higinio Granda, Francisco Oviedo y sus secuaces criminales, forjaban su primer ataque como banda delictiva.
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Operaron en 1915 en la Ciudad de México, sus víctimas eran principalmente personas adineradas de la época. Para perpetrar sus crímenes portaban órdenes de cateo falsas, mismas que les permitía robar y saquear las viviendas previamente seleccionadas por algunos de los integrantes.
El modus operandi era el mismo casi siempre: ataviados con uniformes militares, se presentaban al domicilio de la víctima, llamaban a la puerta y presentaban las supuestas órdenes de cateo; una vez dentro de la casa, amedrentaban a quienes se encontraban ahí y se dedicaban a extraer todos los objetos de valor posibles para después huir a bordo de un automóvil Fiat Lancia color gris.
Los robos y demás actos criminales de este grupo de hampones se volvieron cada vez más constantes. Una publicación del 30 de abril de 1956 de Magazine de Policía, da cuenta de algunos de los robos cometidos por la audaz banda delictiva:
“Los robos más productivos de esta banda, fueron en el día 26 de abril, la casa del señor V. González, ubicada en la quinta calle de Luna; el 15 de mayo, en la 6ª de Guerrero, casa del señor Eduardo Olvera; la casa de la señora Francisca R. de Barroso, situada en el callejón de la Esmeralda, el 28 de agosto; la casa del señor Arístides Martell, en la segunda calle del Álamo, el día 19 de septiembre; la casa de la acaudalada señora Julia Abreu viuda de Macedo, en la calle del Ciprés, el 12 de noviembre; la casa de la señora Cara F. viuda de Sherer y en orden, esta banda robó a: Guadalupe Caso y Cacho y el domicilio del millonario don Gabriel Mancera, ubicado en la cuarta calle de Donceles”.
La manera de llevar a cabo sus delitos era algo poco visto para la época. Pronto pasaron del robo al secuestro. La vasta inteligencia de su líder Granda, así como su supuesto vínculo con la policía, hacían que las acciones delictivas pasaran prácticamente desapercibidas por la autoridad. Muchas de esas estrategias son utilizadas actualmente por delincuentes para cometer fechorías.
Francisco Oviedo
Varios meses de robos fueron suficientes para Granda y sus súbditos bribones. A finales de 1915, varios de los integrantes de la ya entonces conocida como ‘La banda del automóvil gris’, fueron capturados por la policía; algunos fueron liberados casi de inmediato, mientras que otros más fueron pasados por las armas después de haber sido culpados en un juicio en su contra por los delitos cometidos. Granda, Oviedo y otros integrantes fueron perdonados y lograron evitar el fusilamiento.
El cine llegó a México en julio 1896 de la mano de los hermanos Lumiere. En agosto de ese mismo año, el presidente Porfirio Díaz disfruto de la primera función de cine –en ese momento se les llamaba ‘vistas’- en el Castillo de Chapultepec. Díaz es considerado como el primer actor mexicano al dejarse filmar mientras montaba a caballo en el bosque de Chapultepec.
Desde un inicio, el cine se posicionó como una industria de entretenimiento. A finales del año 1919, se anunció con bombo y platillo el estreno de ‘El Automóvil Gris’, filme dirigido por el destacado cineasta mexicano Enrique Rosas. La historia de Higinio Granda y sus súbditos fueron llevados al cinematógrafo.
La película de cine mudo, se estrenó el 11 de diciembre de 1919, a lo largo de doce episodios divididos en tres jornadas de cuatro cada una. Anuncios en los medios impresos daban cuenta de las proyecciones llevadas a cabo en los teatros más importantes de la ciudad. Las funciones eran amenizadas con música en vivo e intérpretes que narraban la historia a los asistentes.
Juan Manuel Cabrera, miembro del cuerpo de policía de la Ciudad de México, fue pieza fundamental para armar la película y, además, participó como actor interpretando justamente al detective de la policía de los Servicios Especiales de la Comandancia Militar de la Ciudad de México.
Las escenas fueron grabadas en los lugares reales donde se cometieron los crímenes. Por otro lado, los aspectos narrativos son relevantes para la época debido al tinte documental que muestra. Detalla el desarrollo delictivo de la banda del automóvil gris, así como la forma como operaba a la hora de cometer los actos criminales.
Al final, la escena de la ejecución de los miembros de la banda capturados, es una grabación real que el propio Rosas realizó en el momento que fueron fusilados. Esto convierte a ‘El Automóvil gris’ en una película adelantada a su época. Un anuncio publicado en Excélsior en 1919, muestra una breve sinopsis de la presentación de cada jornada, en donde se puede leer: “Esta no es una ficción calcada sobre hechos reales, es transcripción exacta de la verdad entresacada de los incongruentes detalles de un misterio”. En la década de 1930, ‘El Automóvil Gris’ fue sonorizada, editada e integrada en una sola película.
Desde el mes de agosto de 2019, se conmemoró el centenario de la película; la Filmoteca Nacional lanzó una versión restaurada del filme; también se incluyó en el Circuito Cineteca con lo que fue proyectada en varios estados de la República. De igual manera, fue incluida en la cartelera del Festival Latinoamericano de Cine, llevado a cabo en la Ciudad de México.
La banda del automóvil gris, es uno de los primeros grupos de crimen organizado del siglo XX en la Ciudad de México, por lo que tiene un lugar especial en la historia de la nota roja en México. Por su parte, la película de Rosas está posicionada como una de las primeras muestras de cine documental en nuestro país. A cien años de haber salido a la luz, sigue vigente por los acontecimientos que relata.
Por: Roberto Rodríguez Rebollo
