Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

5 Sep, 2018

Sesgos

El presidente estadunidense, Donald Trump, arremetió con todo contra quienes considera sus principales adversarios con miras a las elecciones del 6 de noviembre. No se trata de los candidatos demócratas, sino de las compañías Google, Facebook y Twitter.

Trump ha acusado, sobre todo, a la primera de que los resultados de su motor de búsqueda favorecen a los medios de izquierda liberal que publican información que le es desfavorable —y que él descalifica llamándolos fake news— y excluyen intencionalmente a los sitios o canales que reflejan una visión conservadora.

Estos señalamientos los reiteró en un par de tuits durante la mañana del 28 de agosto, y los recrudeció al concluir la reunión que sostuvo con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en la Casa Blanca. Ahí, advirtió a los gigantes tecnológicos que “tuvieran cuidado” porque “no podían estarle haciendo eso a la gente” y consideró que estaban pisando “terreno muy problemático”.

Las agencias internacionales que difundieron las acusaciones las acompañaron con la frase de que Trump no entregó pruebas que respaldaran sus dichos, lo que en sentido estricto es cierto. Esos mismos cables incluyeron la respuesta de Google, que aclaró que sus búsquedas no son usadas para crear una agenda política ni acomodan los resultados para manipular sentimientos políticos.

Y no es por darle la razón a Trump, pero sí es notorio que a Google no se le exigen —con la misma elocuencia— explicaciones sobre cómo funcionan sus algoritmos. Se sabe genéricamente que en su operación influyen palabras clave e historiales de navegación. Pero la fórmula mediante la cual arroja determinados resultados es un completo misterio.

La página de ayuda de Google Noticias tampoco es muy transparente. Dice que el contenido se selecciona mediante “algoritmos de computadora, salvo algunas excepciones”. Expone los criterios para los temas que aparecen para el público en general según la región y menciona que los tópicos personalizados se configuran atendiendo a los intereses y fuentes manifestados por el usuario, y que se ajustan de acuerdo con sus búsquedas en Google y YouTube. Al final reconoce que sí existe un equipo editorial de Google Noticias que puede agregar “temas temporales relacionados con eventos relevantes”, aunque “los algoritmos eligen las noticias relacionadas con esos temas”.

Con el hashtag #StopTheBias, Trump tuiteó un gif en el que acusa a Google de ya no invitar a la gente a ver sus discursos del Estado de la Unión, como sí hizo durante el gobierno de Obama. Pero si buscaba una evidencia de sesgo más elocuente, hubiera acudido a un estudio científico publicado en agosto de 2015 en la página del National Center of Biothecnology Information (NCBI).

Con el título “El efecto de manipulación del motor de búsqueda y su posible impacto en los resultados de las elecciones”, los investigadores Robert Epstein y Ronald E. Robertson presentan el resultado de cinco experimentos realizados en dos países, en los que se manipularon intencionalmente resultados de un motor de búsqueda creado exprofeso.

En el primero de los experimentos, un grupo de votantes de San Diego, California, debían decantarse por alguno de los dos candidatos punteros a la elección de primer ministro de Australia de 2010, a quienes, evidentemente, no conocían; al carecer de prejuicios sobre ellos, sí fungían como auténticos “electores indecisos”. En el otro extremo se aplicó la prueba a electores reales de India que debían pronunciarse sobre los aspirantes reales que participaron en la contienda de 2014, con quienes sí estaban familiarizados.

El estudio determinó que las clasificaciones de búsquedas sesgadas pueden cambiar las preferencias de voto de los indecisos en 20% o más. El porcentaje es altísimo, si se considera que en la mayoría de elecciones el resultado se define por diferencias mínimas. El potencial de influencia de este sesgo puede ser mayor que el de la información proporcionada por los medios tradicionales, a juicio de los investigadores.

Por lo pronto, la guerra política continúa. Hoy está prevista la comparecencia de Sheryl Sandberg, de Facebook, y Jack Dorsey de Twitter, ante el Comité de Inteligencia del Senado, y entre los probables temas a abordar está el del supuesto algoritmo discriminador. También fue invitado Larry Page, de Google, quien al momento de escribir estas líneas no había confirmado si acudiría. Su ausencia por sí misma sería otro sesgo.

marco.gonsen@gimm.com.mx

 

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