Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

22 Jun, 2022

Anuncio de inversiones, falta que se concreten


Seguramente en la próxima reunión que sostendrán los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, a la que asistirán en reuniones paralelas empresarios de Estados Unidos y México, se anunciarán multimillonarias inversiones en México, tal y como sucedió en la última reunión de López Obrador con Donald Trump, que se realizó en julio de 2020, justo antes de las elecciones presidenciales.

En esta gira, en la que López Obrador no se reunió con Joe Biden, también se anunciaron inversiones en México por parte de empresas estadunidenses como Sempra e Intel, también se realizó una cena con empresarios de muy alto nivel de ambos países que se mostraron optimistas por las oportunidades del T-MEC.

También se anunciaron millonarias inversiones aquí en México en los dos programas de infraestructura, pero el problema es que no hay seguimiento a estos anuncios y las millonarias inversiones o no se concretan, o llegan a cuentagotas, y lo seguirán haciendo mientras continúen registrándose anuncios como el más reciente de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, que vuelve a cambiar las reglas del juego al pretender que los grandes consumidores de gas natural dejen de importar gas y sólo se lo compren a Pemex y a la CFE.

Tenemos una posición geográfica envidiable por nuestra cercanía con Estados Unidos y porque, hoy más que nunca, ante los problemas en las cadenas de suministro, sí hay empresas que desean establecerse en México y aprovechar la tendencia al nearshoring.

 

VARIOS OBSTÁCULOS

Hay, sin embargo, varios obstáculos. Están los domésticos, como los cambios a las reglas de juego por parte del ala más radical de la 4T, como son Rocío Nahle y Manuel Bartlett. Añada la creciente violencia que no cede y representa cada vez un mayor costo a analizar, sobre todo para nuevas inversiones.

Por si fuera poco, están los problemas de la inflación, los elevados costos de los combustibles, las presiones para que las grandes empresas cumplan con sus compromisos ambientales, la tendencia al alza en las tasas de interés e, incluso, el fantasma de una recesión en Estados Unidos que, de concretarse, afectaría aún más a las expectativas económicas de México.

Otro problema son las elecciones presidenciales en México, que tradicionalmente son un freno a la inversión, sobre todo en el último año de gobierno. O sea, sí habrá anuncio de grandes inversiones en Washington, pero dudo que se concreten.

 

EBRARD ME CONTESTÓ

Ayer en la mañana, el canciller Marcelo Ebrard me contestó las tres preguntas que le hice, después de que subió su teléfono a su cuenta de Twitter y aseguró que estaría en contacto.

Me respondió que sí es él quien maneja su cuenta y contesta cuando tiene tiempo. Niega que su actividad sea de precampaña y que “en todo momento” respeta la ley electoral. Y que también respeta al Instituto Nacional Electoral. “Me conoces”, dijo, “y sabes que somos gente de leyes y demócratas”.

También el secretario de Gobernación compartió su teléfono en público y aseguró que él sí contestará, aunque lo más seguro es que, al igual que Ebrard, reciba un alud de preguntas y comentarios que evidentemente sí implica que destinen tiempo en días y horas hábiles.

Lo ideal sería que, si Ebrard y Adán Augusto López están tan ocupados en sus aspiraciones presidenciales, renuncien a sus cargos, porque dedican demasiado tiempo a sus actividades como corcholatas.

 

 

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