Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

31 Ene, 2019

López Obrador y sus números alegres

Como era de esperarse, el presidente López Obrador se molestó por la decisión de Fitch Ratings de bajar dos escalones la calificación de Pemex y mantener la perspectiva negativa. Lo que sorprendió fueron los descalificativos e insultos hacia Fitch, a la que calificó de “hipócrita, charlatana y cómplice de la corrupción en Pemex”.

No es la primera vez que López Obrador descalifica análisis económicos que no le gustan, pero no había recurrido a los insultos. Hace una semana criticó al Bank of America Merrill Lynch, que bajó la expectativa de crecimiento de México este año a 1%, y al FMI, que ajustó también a la baja su meta a 2.1%; y también polemizó con el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath, quien en tuit adelantó una desaceleración en la actividad económica, basado en dos indicadores clave: la tasa de desempleo y las importaciones.

Y desde luego Heath tuvo razón, porque el Inegi confirmó ayer una desaceleración de la economía con un crecimiento real de 0.3% en el Producto Interno Bruto (PIB) y de 2% al cierre de 2018.

No sé aún cuál será la decisión de Moody’s o de Standard & Poor’s, pero lo que es un hecho es que sus calificaciones se basan en la capacidad de un emisor, sea gobierno o empresa, para pagar sus deudas y las de Pemex ascienden a 104 mil mdd y aún no se ha presentado ni el Plan de Negocios de Pemex ni tampoco los nuevos Planes de Refinación y de Hidrocarburos, porque lo único que hay al respecto son los discursos de López Obrador.

El Presidente asegura que tiene “sus propios números” para tratar de desacreditar los análisis que no le gustan, pero es lamentable que, en lugar de presentar “sus números”, opte por las ofensas, desde luego injustificadas, porque ni Fitch ni ninguna otra valuadora pueden ser culpables de actos de corrupción en ninguna de las empresas o gobiernos que evalúan.

HR RATINGS MANTIENE CALIFICACIÓN DE PEMEX

HR Ratings, que dirige Fernando Montes de Oca, desde el año pasado puso en perspectiva negativa a la deuda de México y a Pemex, y decidió no bajar la calificación de Petróleos Mexicanos.

Entre sus razones, explica Montes de Oca, está que ha mejorado la capacidad de generación de flujo de la empresa en el último trimestre y que su deuda está avalada por el gobierno federal.

HR Ratings considera positivo el programa de fortalecimiento que anunció la Secretaría de Hacienda, el martes pasado, aunque reconoce que los 11 mil mdp adicionales que tendrá Pemex son insuficientes y confía en que sí tenga éxito el programa de combate al huachicol, lo que representaba pérdidas anuales por 66 mil mdd.

Adicionalmente, está la inyección de capital por 25 mil mdp ya aprobados en el presupuesto de la Sener este año; y el incremento de 36% en el gasto de inversión.

Seguramente hoy, López Obrador y la secretaria de Energía, Rocío Nahle, felicitarán a HR Ratings, pero en febrero próximo la empresa revisará la calificación de México y de Pemex con base no en los números alegres del gobierno federal, sino con la terca realidad.

ALFONSO ROMO, PIERDE FUERZA

Nada bien le fue a Alfonso Romo, coordinador de la Oficina de la Presidencia de la República, en una comida que se realizó la semana pasada en el Club de Industriales, en la que participaron cerca de 300 empresarios. Romo, quien sin lugar a dudas fue clave durante la campaña para acercar a López Obrador con el sector privado y organismos empresariales, fue abucheado en esta comida, que se realizó a puerta cerrada, durante la sesión de preguntas que le hizo el moderador, cuando reconoció que el aeropuerto de Texcoco estará definitivamente cancelado; al defender el cierre de ProMéxico y cuando aseguró que la apreciación del peso se debía a una mayor confianza en el gobierno y no a la debilidad del dólar a nivel internacional.

Además, son ya públicas las diferencias entre Romo y el fortalecido secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, como fue evidente la semana pasada en la Junta de Consejo de Nacional Financiera (Nafin), en la que Urzúa no aprobó los nombramientos del Oficial Mayor y el director Jurídico propuestos por Eugenio Nájera, el director general de Nafin y de Bancomext, muy cercano a Romo y quien ni siquiera ha logrado que les depositen a los trabajadores la segunda quincena de enero.

 

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