Maricarmen Cortés

Desde el piso de remates

Maricarmen Cortés

10 Mar, 2022

¿Otro golpe a la industria automotriz?

 

La industria automotriz en México no sale de una cuando ya entra a otra. A los problemas por el decreto de regularización de autos chocolate, que no tomó en cuenta la opinión del sector, a los problemas por escasez de microchips y otros insumos, a la caída en la demanda y a la falta de acuerdo con Estados Unidos sobre las reglas de origen en el T-MEC, ahora hay que añadir la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial que se pretende aprobar, vía fast track, en el Congreso de la Unión, sin un debate previo y sin escuchar a la industria.

La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), que preside José Zozaya, manifestó su preocupación porque esta ley tiene imprecisiones que podrían traducirse en nuevos obstáculos al comercio.

El organismo reitera el compromiso de la industria para mejorar la seguridad vial y tener vehículos más seguros para los usuarios bajo las Normas Oficiales Mexicanas.

La Canacar, que preside Ramón Medrano, también pidió a los legisladores que analicen que la seguridad vial no sólo es un problema de configuración del vehículo, ya que hay múltiples factores, como la infraestructura, la capacitación de los conductores, señalización, condiciones físico-mecánicas de las unidades, y no se resolverá con políticas que limiten días, horas y vías de desplazamiento de vehículos y mercancías.

El dictamen se votará hoy en la Cámara de Diputados y hay que reconocer que lo que se busca es reducir accidentes en carreteras y mejorar la seguridad de los vehículos, con medidas que, desde luego, no le gustan a la industria, pero que se aplican en otros países, como límites más estrictos de velocidad máxima en autopistas y vías federales; nuevas reglas para expedición de licencias y mayores sanciones para quienes no cumplan con medidas como el uso obligatorio del cinturón de seguridad.

 

RESPIRAN LOS MERCADOS

Ante la tregua para corredores humanitarios en Ucrania y nuevas negociaciones con Rusia, los mercados reaccionaron en forma positiva. Los precios del crudo y commodities bajaron y la mezcla mexicana cerró en 105.97 dólares por barril, mientras que el dólar se depreció y en México, en el mercado interbancario, la moneda estadunidense retrocedió a 20.86 pesos.

Sin embargo, y mientras no haya un acuerdo definitivo en Ucrania, seguirá la volatilidad en los mercados y también las presiones inflacionarias. En febrero, la inflación se elevó a una tasa anual de 7.28% y hoy se dará a conocer en Estados Unidos que podría ascender a 8% anual.

 

IMPACTO EN TURISMO

Desde luego, el turismo es uno de los sectores afectados por la guerra en Ucrania. Ante el temor de represalias nucleares, se han registrado cancelaciones de viajes a Europa, Turquía y Oriente Medio, y el incremento en los precios de la turbosina eleva los costos de los boletos, cuando apenas comenzaba a repuntar la demanda después de la pandemia y se abrió la esperanza de que, gradualmente, todos los países levantaran sus restricciones, como exigir comprobantes de vacunación y que, además, fueran sólo vacunas aceptadas por la OMS, que, por cierto, no ha reconocido aún la Sputnik.

En el caso de México, de acuerdo con un reporte de Cicotur Anáhuac, hay resultados mixtos, porque se incrementó en 1.1% la llegada de pasajeros internacionales a Cancún al cierre del primer bimestre de este año, creció 2.4% en Los Cabos, pero retrocedió 21.3% en Puerto Vallarta.

 

 

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