El acuerdo alcanzado este viernes, permite al banco central de Argentina recibir un desembolso para la liquidez de $9,656 millones de dólares, el primero de 11 programados para apoyo presupuestario y de balanza de pagos. El Programa de Facilidades Extendidas de 30 meses es por un préstamo que asciende a $45,000 millones de dólares y es respaldado por las medidas diseñadas para fortalecer la sostenibilidad de la deuda: atender la inflación, aumentar las reservas, destinar una parte a la infraestructura del país, proteger programas sociales esenciales y promover el crecimiento inclusivo.
Argentina busca de esta manera atacar la inflación que persiste al alza, gracias a una reducción gradual del financiamiento monetario al déficit fiscal – en 2.5% del PIB en 2022, de 1.9% del PIB en 2023 y 0.9% en 2024 –, así como un marco de estatus cambiarios y monetarios “mejorados”. JP Morgan ajustó el pronóstico de déficit fiscal para 2022, esta semana a 2.8%, por encima de la meta programada.
Las políticas de “mejoras económicas” abordan en primer lugar, al desarrollo del mercado interno. Las primeras acciones tienen que ver con una reducción de los subsidios para la energía por ser percibido como un sector con capacidad de pago. También el programa busca mejorar la eficiencia y el cumplimiento fiscal. Las inversiones del gobierno deben ir en ese sentido en infraestructuras y gastos sociales más productivos. Las reformas no incluyen las pensiones y los derechos laborales, por lo que el FMI pide una recalibración temprana del programa.
Con este paquete de ayudas económico, desde su incorporación al FMI en 1956, Argentina ha recibido 22 programas. En primer lugar, permite saldar los $45,000 millones de dólares que obtuvo por el crédito de 2018 de $57,000 millones de dólares durante el gobierno de Macri. Alberto Fernández rechazó recibir el último desembolso ($13,000 millones USD) de este préstamo en 2020 y pidió un refinanciamiento de la deuda ante el Fondo Monetario Internacional.
Con información de Reuter, Casa Rosada de Argentina y el FMI
Por: Sebastián Olivera