Política y valores: paradigma del entorno empresarial

Por Martín Rodríguez Sánchez*

Los empresarios somos entes independientes, funcionamos a ritmos disímiles y, aunque velamos por intereses particulares (no necesariamente alejados de la visión colectiva), tenemos la responsabilidad del bienestar de cientos y, en algunos casos, miles de familias, las cuales dependen directamente de nosotros. Sin embargo, en ocasiones y con desánimo, observamos una gran indiferencia a nuestro quehacer.

Si bien siempre nos encontramos a la expectativa de las normas, reglas o leyes que emiten las autoridades para regir nuestro accionar, también experimentamos una serie de situaciones que influyen directa e indirectamente en nuestro desenvolvimiento empresarial, desde nuestro ánimo o motivaciones, hasta la forma en la que direccionamos nuestras estrategias de negocio.

Esta atmósfera transmutó aún más con el covid-19, creando al interior de nuestras empresas una desestabilización que ha ocasionado un caos colectivo, el cual se refleja, en algunas ocasiones, como desórdenes sicosociales entre nuestros colaboradores; pero que, en otras, golpea nuestro pensamiento y nos hace proyectar escenarios en los que un cierre, venta o traspaso del negocio resulta la mejor opción para no poner en riesgo nuestro patrimonio, logrado con años de trabajo.

Asimismo, nos encontramos expectantes de lo que la política nos dicta. Los empresarios no estamos peleados con el bagaje político, pero intentamos evitarlo para no complicar aún más nuestro desenvolvimiento como piezas estratégicas de la economía.

A propósito del tema, viene a mi mente el caso de un colega empresario, cuyo core business yace en una compañía de transportación de valores. Durante 18 años nunca tuvo problemas con las autoridades, pero en 2019 la reinterpretación de algunas leyes le ocasionó graves complicaciones que se acentuaron con el año gris que estamos viviendo. Su mentalidad cambió y sus esfuerzos para salir adelante los ha tenido que esbozar en soledad la mayor parte del tiempo.

Hoy, existimos empresarios a los que este tipo de situaciones realmente nos ocupan, pues decidimos continuar nuestra trayectoria bajo los marcos jurídicos correspondientes, pero también mostramos empatía con nuestros colegas porque conocemos perfectamente la situación que experimentan. Por ello, tomamos decisiones, aun cuando signifique poner en riesgo la sobrevivencia de nuestras empresas. No obstante, existen otros que han decidido, con plena conciencia, operar fuera de la ley.

No me corresponde a mí juzgar, pero sí señalar que tenemos la posibilidad de continuar por un camino correcto y transparente. Además, tenemos que saber coexistir en un ambiente con más delincuencia y corrupción, frente a las cuales el gobierno ya trabaja en erradicar desde adentro, pero que todavía pululan al interior de una sociedad que incluso pinta para tener el año más violento del que se tenga registro.

Y son justo la corrupción, delincuencia y violencia las que nos orillan a la pérdida de valores (pérdida que, a pesar de muchos de nosotros, nos está afectando al interior de nuestras organizaciones, encontrándonos con colaboradores, socios o directivos carentes de ética y empatía que direccionan sus acciones desdeñando el esfuerzo colectivo que se hace para mantener el negocio a flote en medio de tiempos difíciles).

Por todo esto, puedo decir que estamos luchando contra nosotros mismos. Lo he mencionado antes: “son tiempos de oportunidades”, pero también de grandes retos y transmutaciones, tiempos para buscar una base de obligación-responsabilidad bien definida para seguir adelante y ayudar a nuestro país.

Deseo cerrar con una reflexión a propósito de la expectativa causada por la entrega del próximo Paquete Económico 2021, el cual definirá parte de nuestro desenvolvimiento financiero durante el próximo año: ¿Será que sólo necesitamos un plan de egresos e ingresos flexible y moderado para mantener nuestra inercia empresarial o también necesitamos un nuevo paquete de valores que regule nuestro desenvolvimiento como sociedad y proveedores de estabilidad económica?

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