Paul Lara

Cyberpunks

Paul Lara

14 Oct, 2019

Amazon busca ser el amo del JEDI

 

Un nuevo gigante militar podría llegar antes de que termine el año: Amazon. La compañía de Jeff Bezos está cerca de ganar un controvertido contrato de computación en la nube llamado JEDI (Joint Enterprise Defense Infrastructure) con el Departamento de Defensa de Estados Unidos, el cual además vale diez mil millones de dólares, uno de los acuerdos más lucrativos en la historia de Estados Unidos.

Este controvertido contrato, que ha tenido recurrentes quejas por empresas como IBM, Microsoft y Oracle, por “estar a modo para Amazon”, podría conllevar a que Donald Trump y Jeff Bezos fumen la “falsa pipa de la paz”, pero podría implicar también, que el gobierno de EU gane con este intercambio, la gran base de datos que tiene la principal empresa de comercio electrónico en ese país, e inclusive en muchos otros, y obtener información de una gran parte de la población estadunidense, como preferencias de compra, comportamiento, e inclusive imágenes de rostro que tiene la firma de Bezos, y con ello seguir “alimentando” sus programas de entrenamiento de Inteligencia Artificial y espionaje.

Hay que recordar que el software de reconocimiento facial basado en la nube de la compañía, Rekognition, que puede detectar la edad, el sexo y ciertas emociones, así como identificar rostros, ya está siendo utilizado por algunos departamentos de policía en ese país. En 2018, Amazon compró Ring, que hace timbres inteligentes que capturan videos, y que cada día se masifica más en Estados Unidos. Hasta hace un par de meses, la mayoría de los estadunidenses nunca había oído hablar de JEDI. Normalmente, oyen hablar del gasto en defensa para construir grandes aviones de combate o misiles hipersónicos y poco les interesa saber sobre egresos para centros de datos fuera del sitio del Departamento de Defensa, sistemas de TI y aplicaciones basadas en web. Ahí el detalle. El año pasado, los servicios en la nube proporcionaron a Amazon 13% de su negocio general y una parte desproporcionada de sus ganancias. AWS cuenta con millones de clientes, incluidos Netflix, Airbnb y GE, y aunque Google Cloud y Azure, de Microsoft, crecen, aún no son fuertes competidores de Bezos.

Amazon, que no es nuevo en trabajo para el gobierno estadunidense, ha pasado la última década trabajando cuidadosamente hacia el corazón de Washington, y hoy, no contento con ser el minorista en línea más grande del mundo, está a punto de convertirse en uno de los mayores contratistas de defensa de Estados Unidos. En 2013, Amazon Web Services obtuvo una victoria sorpresa para convertirse en el proveedor de computación en la nube de la CIA. El acuerdo, valorado en 600 millones de dólares, convirtió a la firma en un importante contratista de seguridad nacional. Desde entonces, las cosas se han acelerado. Amazon ha estado invirtiendo fuertemente en nuevos centros de datos en el norte de Virginia, y en febrero de 2019, después de un concurso muy publicitado, la compañía anunció que había seleccionado a Crystal City, Virginia, un suburbio de Washington DC, a menos de una milla del Pentágono, como el sitio para su segunda sede de oficinas. ¿No suena raro eso, a pesar de los ataques del Presidente de EU contra Jeff Bezos y su compañía?

Todo esto ha sucedido sin mucha fricción, mientras que otros gigantes de la tecnología han tenido relaciones desiguales en el apartado de seguridad nacional. En 2015, Apple desafió públicamente al FBI cuando la agencia le pidió que desbloqueara un teléfono propiedad de uno de los autores de un tiroteo masivo en San Bernardino, California, a lo cual se negó. Y Google se retiró de la licitación por JEDI el año pasado después de que un empleado se rebelara por su trabajo en un contrato de inteligencia artificial para el Pentágono conocido como Proyecto Maven. Amazon no ha tenido el mismo tipo de reacción del personal, tal vez porque es notorio el enfoque radical en las negociaciones laborales. Incluso, cuando sus trabajadores se inquietaron, no fue por los enlaces con la CIA o el Pentágono, sino porque se le vendieron los servicios web de Palantir, una compañía de análisis de datos, al departamento de Inmigración y Aduanas de EU. Los empleados de Amazon escribieron una carta abierta a Bezos en protesta por la “política inmoral de Estados Unidos”, pero tuvo nulo efecto. Es difícil imaginar que después de más de cinco años de proporcionar la columna vertebral de la computación en nube a la CIA, la compañía se niegue a trabajar en la aplicación de la ley de inmigración.

Amazon quiere convertirse en el proveedor preferido del gobierno federal, estatal, del condado y local cuando se requieren soluciones policiales y de inteligencia. Hay que recordar que Vice News reveló que Ring estaba ayudando a proporcionar videos a los departamentos de policía locales. Si gana este contrato, Amazon irá más allá de los mercados de inteligencia y aplicación de la ley de EU, y mirará a escala mundial, un negocio que vale decenas de miles de millones de dólares, y que llevaría a la firma de Bezos a ser un controlador de millones de datos lo que sucede en internet, como ya lo hace, pero a nivel seguridad federal, para ofertarlo al mejor postor.

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