Paul Lara

Cyberpunks

Paul Lara

6 Jul, 2020

Defensa nacional y elecciones, en alerta

Desde hace un par de meses hay una nueva consigna de la que no se habla en ninguno de los tres gobiernos que firmaron el T-MEC. Fuentes me lo reconfirmaron la semana pasada, se tiene contemplado aumentar las capacidades de investigación de las organizaciones de inteligencia en muchos aspectos relevantes, que incluyen guerra contra el crimen y el terrorismo, defensa contra ataques cibernéticos, análisis de seguridad pública, gestión de desastres e incidentes masivos y desarrollo de capacidades predictivas.

Todo ello basado en los campos de inteligencia que se benefician con las nuevas tecnologías. Ya veremos cómo entre este año y 2022 habrá una fuerte contratación de empresas dedicadas al análisis de datos y el Big Data con fines de defensa cibernética e investigaciones financieras, pues es necesidad del gobierno de EU y México evitar hackeos rumbo a sus elecciones de presidente e intermedias del Congreso, respectivamente, así como comenzar a mostrar chivos expiatorios en la lucha contra el crimen y demostrar que tanto las administraciones de Donald Trump como la de López Obrador han hecho su trabajo ante una baja notoria en las encuestas de preferencia electoral de sus partidos.

Sólo para que se den una idea de lo que viene, el pasado fin de semana tuve acceso al informe Big Data & Data Analytics, National Security & Law Enforcement: Global Market 2017-2022, donde se pronostica que los ingresos de esta industria crecerán a una tasa anual de 17.5%, alcanzando 11 mil millones de dólares para 2022.

El uso del big data y el análisis de datos por parte de las organizaciones de Seguridad Nacional, Defensa, Seguridad Pública y agencias de inteligencia está en aumento, principalmente porque el mundo se está volviendo más digital a causa del covid-19 y porque a los pobladores de México, Canadá y Estados Unidos les encanta regalar sus datos en redes sociales y aplicaciones gratuitas que sólo piden permiso para que el usuario les dé acceso a sus equipos. Eso les permite desplegar otros recursos cibernéticos como malware y ransomware, los cuales entran por puertas traseras a empresas e instancias de gobierno. Esto está creando nuevas oportunidades, no sólo para la recopilación y almacenamiento de datos, sino también para el procesamiento, explotación, difusión y análisis de inteligencia. El Big Data y las tecnologías de análisis de datos pueden aumentar las capacidades de investigación de las organizaciones de inteligencia en muchos aspectos. Todos se benefician del crecimiento de los datos en internet, incluido el mercado de Osint (Inteligencia de fuentes abiertas), el mercado de Sigint (Inteligencia de señal), las actividades de defensa cibernética y las investigaciones financieras.

Todo esto está siendo impulsado por el uso de teléfonos y otros dispositivos inteligentes (automóviles, máquinas, IoT, etc.), los cuales crean enormes cantidades de información que las organizaciones de Seguridad Nacional y Seguridad Pública pueden usar en su beneficio, principalmente en Sigint y actividades relacionadas.

Vendrá en México una fuerte adopción de tecnología en la nube por parte de las agencias gubernamentales y dado que no tienen la infraestructura interna para soportar el análisis de big data, varias de ellas recurrirán a soluciones que serán adquiridas por empresas estadunidenses y otras que facilitarán agencias como la CIA y el FBI. Es un acuerdo entre los tres países.

El auge de las tecnologías de ataque de vanguardia (Guerra cibernética, cibercrimen, agentes de guerra química y bloqueadores de GPS), así como otras técnicas avanzadas empleadas por organizaciones terroristas y ciberatacantes contratados por Estados y otros delincuentes, dificulta que las organizaciones de Seguridad Nacional y Seguridad Pública puedan rastrearlos. Sin embargo, el Big Data y el análisis de datos es una de las formas preferidas de lidiar con esta nueva realidad.

Las amenazas directas a la seguridad nacional y la seguridad pública a escala país están en aumento y han evolucionado de conflictos de gran escala a conflictos más precisos y contenidos. Estas amenazas, como el terrorismo, los desastres naturales, la delincuencia organizada, la proliferación de armas de destrucción masiva y el delito cibernético han cambiado la forma en que las naciones tratan los problemas de seguridad nacional.

Se espera que países como Rusia, Turquía, Corea del Norte y China aumenten las inversiones en la recolección de grandes datos y de inteligencia para ataques y robos de información en varios países, principalmente en los que forman parte del T-MEC, afectando la seguridad interna y poniendo en riesgo las próximas elecciones. Resultado de ello se verá reflejado en un mayor gasto en infraestructura tecnológica en los próximos meses, recuérdalo.

 

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