Paul Lara

Cyberpunks

Paul Lara

12 Jun, 2023

La Ley PATA, no olvidemos las redes sociales

A lo largo de los últimos meses hemos estado duro y dale con la regulación a las criptomonedas y a la Inteligencia Artificial que, por supuesto, es necesario y urgente, pero ante ello se nos ha olvidado la regulación hacia las redes sociales, que son la principal plataforma que expone las ideas de muchos, venden productos y servicios y controlan gran parte de la información sin transparentar cómo trabaja en ello.

Parece que ya se nos olvidó el caso de Cambrigde Analytica y las multas hacia Facebook que lo conllevó a cambiar el nombre de la empresa a Meta, ante tanto embate por su falta de transparencia y uso de los datos para controlar conciencias.

La semana pasada platiqué con mi amigo Hassan Uriostegui sobre este tema, y me decía que nos preocupamos mucho por la regulación de la IA, cuando regular las redes sociales es la clave en muchos puntos, y creo que tiene razón.

Buscando información al respecto, me encontré que el senador estadunidense Mitt Romney, miembro de alto rango del Subcomité de Supervisión de Gastos y Amenazas Emergentes de Seguridad Nacional, junto con los senadores Chris Coons, Bill Cassidy, Amy Klobuchar, John Cornyn y Richard Blumenthal presentaron la semana pasada la Ley bipartidista de Responsabilidad y Transparencia de la Plataforma (PATA), un proyecto de ley que requeriría que las empresas de redes sociales compartan más datos con el público e investigadores.

Coincido con Romney cuando en la Ley PATA habla sobre la amenaza que tienen las redes sociales sobre el bienestar de los jóvenes y la seguridad nacional de cada país ante el gran control de los datos. Al aumentarse el acceso a los datos y la transparencia en las redes sociales, la legislación en EU ayudará a los padres, los congresistas y los investigadores a comprender mejor el impacto que tienen estas empresas en la sociedad y permitirá que se elaboren políticas públicas que creen una experiencia en línea más saludable para los niños y todas las personas. Al menos, de inicio, en ese país.

Las plataformas de redes sociales dan forma a la información que consumen miles de millones de personas en el mundo, pero todavía sabemos muy poco sobre cómo funcionan y el impacto que tienen en cada uno de nosotros y en nuestra sociedad. De momento no tenemos forma de verificar si estos productos son realmente seguros o qué tan seguros pueden ser.

“No podemos seguir permitiendo que las plataformas califiquen su propia tarea. Es por eso que presentó la Ley de Responsabilidad y Transparencia de Plataformas, que le dará al público una comprensión basada en datos de los efectos que estas plataformas tienen en nuestros niños, familias, democracia y seguridad nacional. Este proyecto de ley bipartidista es un paso crucial que ayudará a garantizar que la regulación de las redes sociales aborde los problemas que enfrentan nuestras comunidades en la actualidad”, dijo Romney.

Para todos está claro que las grandes empresas tecnológicas abusan de su poder cuando se les permite operar en la oscuridad. Todos, en especial los congresos de cada nación, necesitan las herramientas para responsabilizar a estas compañías. Ya no podemos seguir creyendo el “simplemente confíen en nosotros”, mientras anteponen las ganancias a la seguridad, la privacidad y el bienestar de los usuarios. Es hora de comenzar a responsabilizar a estas plataformas por la peligrosa falta de transparencia detrás de sus algoritmos. ¿Por qué los algoritmos tienen que decidir por mí?

Las redes sociales han dado lugar a nuevas amenazas para la seguridad nacional, la salud mental y la de los niños, y debemos comprender mejor cómo operan estas empresas y su efecto en la sociedad. Al operar bajo un manto de secreto, las famosas Big Tech han podido beneficiarse del contenido tóxico y las características adictivas que genera en los usuarios.

En enero de 2022, el consejo editorial de The Washington Post respaldó la Ley PATA como un “paso hacia la solución de nuestros problemas con las redes sociales” que proporcionaría un “puerto seguro no sólo para los académicos participantes, sino también para las empresas que cumplen y obligar la creación de estándares de privacidad y seguridad cibernética para el proceso”.

Esto podría ser el gran paso que conlleve a regular después la IA, pues hay que recordar que las máximas vitrinas donde se exponen los pros y los contras de esta tecnología en rápida evolución son las redes sociales.

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