Paul Lara

Cyberpunks

Paul Lara

21 Ago, 2023

Los libros falsos de Amazon

  • No es particularmente sorprendente que la inteligencia artificial generativa o los trabajos autoeditados respaldados por reseñas falsas se hayan convertido en la dieta del consumidor principal.

La inteligencia artificial puede ser la gran panacea para muchos y para otros una pesadilla. Déjenme contarles el caso de Jane Friedman, quien descubrió media docena de libros vendidos bajo su nombre en Amazon y otras plataformas que nunca escribió, y que lleva ahora meses peleando contra ello.

Friedman es una experta en la industria editorial. Es cofundadora de Open Road Integrated Media, que vende y comercializa libros electrónicos, y fue presidenta y directora ejecutiva de HarperCollins Publishers Worldwide, una de las principales editoriales en inglés del mundo (1997 a 2008).

Durante los últimos 25 años, Friedman escribió o contribuyó a 10 libros sobre la industria, editó varios boletines para ayudar a los escritores a publicar y navegar por el negocio, y ocupó cargos de profesor de medios en dos universidades. El año pasado, Digital Book World incluso la nombró Comentarista editorial del año.

Cuando un lector le envió un correo electrónico a Friedman un domingo por la noche sobre sus últimos trabajos en Amazon, que describió como un “experimento muy interesante”, las alarmas se dispararon de inmediato para ella. ¿Qué pasó? Que Friedman no ha escrito un nuevo libro desde 2018.

“La lectora dijo que pensó que tal vez yo no autoricé los libros y me envió dos de ellos”, dijo Friedman. “Pero luego salté a GoodReads y vi que no se habían escrito sólo dos libros. Se vendían media docena a mi nombre que no escribí ni publiqué. Fueron generados por inteligencia artificial”.

Friedman dice que cuando fue a Amazon para informar sobre los títulos falsos, que incluían Publishing Power: Navigating Amazon’s Kindle Direct Publishing y Promotion to Prosper: Strategies to Skyrocket Your eBook Sales on Amazon, se encontró con una resistencia alarmante.

Al principio se le pidió una lista detallada de sus preocupaciones, incluida una solicitud para señalar “el trabajo que se está infringiendo”. Luego, según los correos electrónicos revisados, Amazon rechazó su solicitud de eliminar los títulos falsos de su sitio web, en parte porque no pudo proporcionar ningún número de registro de marca asociado con su nombre.

En Amazon afirman que la plataforma tiene “directrices de contenido claras que rigen qué libros se pueden poner a la venta e investigan rápidamente cualquier libro cuando surge una inquietud”. Luego de unos días después de que Friedman expresara su consternación por el incidente en X (antes Twitter) y en su blog, los títulos falsos ya no estaban disponibles para su compra en Amazon. Los libros ya no figuraban en Goodreads.

Alguien ha estado tratando de sacar provecho de su nombre y, de no descubrirlo en ese instante, el vendedor haría mucho más dinero del que ya ganó por la venta en ambas plataformas. Friedman asegura que desde su caso ha estado siguiendo libros generados por IA que contaminan Amazon, en términos generales, con el nombre establecido de alguien. “Anticipé que llegaría a esto, pero no pensé que sería el primer caso importante que descubriría”.

No es particularmente sorprendente que la inteligencia artificial generativa o los trabajos autoeditados respaldados por reseñas falsas se hayan convertido en la dieta del consumidor principal. Inclusive, muchos “periodistas y escritores” usan la IA para generar textos usando esta herramienta y plagiando las ideas de otros sin informarlo.

The New York Times ha informado también que las guías de mala calidad generadas por IA han inundado Amazon y muchos periódicos en Estados Unidos en los últimos meses. La propia Friedman dijo que ha notado que las novelas para adultos jóvenes escritas por IA encabezan las listas de Amazon Kindle.

Pero con el auge de la inteligencia artificial generativa en plataformas de autoedición como Kindle Direct Publish de Amazon, y con pocas medidas de seguridad y sin regulación en el uso de la herramienta, los autores se preguntan qué deberían hacer para proteger su marca profesional.

No hay duda de que esto es engaño al consumidor, al lector, que plantea cuestiones de una especie de invasión y violencia hacia los autores e injusticia e ilegalidad económica.

La comunidad literaria ya ha comenzado a tomar medidas contra la inteligencia artificial. El mes pasado, alrededor de diez mil, incluidos los autores Nora Roberts, Michael Chabon y Jodi Picoult, firmaron una carta abierta escrita por Author’s Guild para exigir que los líderes de la industria de la IA protejan a los escritores.

 

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