Más del terrorista profeta

Para muchos, es un genio. Para otros, un asesino y terrorista despiadado. Ted Kaczynski, mejor conocido como el Unabomber, mataba y mutilaba a personas inocentes tratando de frenar algunas de sus preocupaciones sobre el futuro de la humanidad y la tecnología, muchas de ellas plasmadas en su manifiesto que hoy son una realidad, y otras que están por cumplirse.

Algunos siquiatras aseguran que Kaczynski, matemático y filósofo de 76 años, autor del manifiesto La sociedad industrial y su futuro, estaba adelantado a su era. Muchos, inclusive, aseguran que su obra antitecnológica merece un lugar junto a Brave New World, de Aldous Huxley, y a 1984, de George Orwell.

Ray Kurzweil, notable autor, informático y futurista, citó inclusive un pasaje del manifiesto de Kaczynski en su libro de 1999, La era de las máquinas espirituales.

Desde que se dio a conocer su manifiesto en 1995, mismo año en que fue capturado, luego de que en 1978 comenzó el envío de cartas bomba a investigadores, profesores y egresados universitarios que trabajaban en teorías y desarrollos tecnológicos en Estados Unidos, o a aerolíneas que los trasportaban, muchas de sus “profesías” trabajadas desde finales de los sesenta se han cumplido al pie de la letra, y es importante retomar sus preceptos ahora que vemos cómo la llamada cuarta revolución industrial cambia los comportamientos de los usuarios de internet a escala mundial

Kaczynski abre su manifiesto con “La Revolución Industrial y sus consecuencias han sido un desastre para la raza humana”. Según su precepto, la tecnología contra la que se rebela es la que actualmente utilizamos, equipos inteligentes en las manos que controlan nuestro comportamiento y nos dicen qué hacer.

Ya pronosticaba el calificar a la gente a través de la tecnología, tal como sucede hoy en día con el “Me gusta” en Facebook, Twitter, Instagram y otras redes sociales. Inclusive, hablaba de cómo los algoritmos nos ayudarían a comprar y experimentar servicios, los cuales nos esclavizarían.

Como una parte del manifiesto que está subtitulada como “Las partes ‘malas’ de la tecnología no pueden separarse de las ‘buenas’ partes”. Es en ésta donde describe que en el mundo moderno es la sociedad humana la que domina la naturaleza y no al revés, y la sociedad moderna cambia muy rápidamente debido al cambio tecnológico”.

Uno de los grandes problemas, cree Kaczynski, es el crecimiento inevitable de la inteligencia artificial y cómo la humanidad lo enfrentará: “Primero, postulemos que los científicos informáticos logran desarrollar máquinas inteligentes que pueden hacer todo mejor que los seres humanos. En ese caso, presumiblemente, todo el trabajo se realizará mediante sistemas de máquinas enormes y altamente organizados, y no será necesario ningún esfuerzo humano. Cualquiera de los dos casos puede ocurrir: Puede permitirse que las máquinas tomen sus propias decisiones sin supervisión humana o, de lo contrario, el control humano sobre las máquinas podría conservarse”.

Kaczynski no estaba escribiendo ficción especulativa, estaba afirmando, desde finales de los sesenta y desde un punto de vista entrenado académicamente, hacia donde veía dirigirse la tecnología.

Nada justifica sus asesinatos y mutilación a través de sus cartas bomba, pero, aun desde la cárcel, asegura que la tecnología, si rebasa a la humanidad, será aterradora. “El auge de los ‘súper ricos’ del uno por ciento y las corporaciones que controlan todo será otro tema. La libertad humana en su mayoría se habrá desvanecido, porque los individuos y los pequeños grupos serán impotentes frente a grandes organizaciones armadas con supertecnología y un arsenal de herramientas sicológicas y biológicas avanzadas para manipular seres humanos, además de instrumentos de vigilancia y coacción física”, escribió.

Hablaba a mediados de los setenta, que las empresas tecnológicas tendrían cantidades incalculables de datos sobre cada persona, y eso les permitiría controlarlos. ¿Le suena las elecciones de 2016 en Estados Unidos o el Brexit en Reino Unido?

Kaczynski cree que esto es sólo la punta del iceberg, y aunque puede sonar descabellado, para 1995, luego de ser encarcelado, dijo que ciberterroristas buscarían robar la información en línea y hacer lo que quisieran con ella, sobre todo, la de los usuarios. Profeta o no, lo cierto es que es muy recomendable leer su manifiesto para entender un poco hacia dónde vamos, luego de más de 20 años de haberse publicado y más de cuatro décadas de estar trabajando en la mente del matemático y filósofo que estaba adelantado a su tiempo.

paul.lara@gimm.com.mx