Paul Lara

Cyberpunks

Paul Lara

4 Mar, 2019

Redes inteligentes, ¿quiénes dominarán el futuro?

 

BARCELONA.

 Gran parte de la discusión que pudimos presenciar los asistentes al Mobile World Congress (MWC) 2019 fue el futuro del 5G y las maravillas tecnológicas que permitirán estas redes ultrarrápidas. A diferencia del año pasado, esas promesas comenzaron a sentirse reales, ya que los fabricantes de chips, los de equipos de redes y las compañías de teléfonos inteligentes mostraron dispositivos con capacidad 5G. Es un futuro largamente discutido que pronto estará entre nosotros.

Casi todas las empresas con un stand en el MWC estaban armadas con una gran cantidad de puntos de discusión sobre lo que las redes 5G podrían habilitar. Hubo demostraciones de cirugías remotas dirigidas en tiempo real por un médico a millas del hospital, un camión en Gotemburgo que podrías dirigir desde Barcelona en tiempo real, y sesiones de improvisación entre músicos remotos que fueron posibles gracias a un enlace móvil en tiempo real.

Inclusive pude manejar el primer auto conectado de SEAT junto con Telefónica, donde advertía sobre cuándo iba a cambiar un semáforo, si a la vuelta de la esquina iba a pasar un peatón distraído, o si se iba a cruzar una bicicleta unos metros adelante. Todo, por supuesto, enlazado a una ciudad inteligente que comparte en tiempo real datos de millones de sensores.

Hay un impulso para conectar más cosas a internet, pero cuando las personas y los objetos lo hagan a velocidades que eliminan todos los retrasos causados por la distancia, es una experiencia diferente a cualquier otra cosa en la web moderna.

Para todo el entusiasmo sobre las redes de la próxima generación, el cambio a 5G representa una amenaza existencial para la industria de hardware móvil que actualmente lo anima. El statu quo se ajusta a la simple ecuación de que para ejecutar un software cada vez más complejo, el hardware de un teléfono debe ser más poderoso, por ello creo que, en este momento, los grandes equipos telefónicos, serán tontos en unos meses.

Uno de los beneficios clave de 5G es la reducción de la latencia, o el tiempo que tarda una solicitud para cargar una página web o aplicación para transferir al centro de datos y volver al teléfono. Si el 5G realmente reduce la latencia de los datos a un punto, donde no hay un retraso notable para que los programas que se ejecutan en la nube aparezcan en el teléfono del consumidor, brindará a las compañías que controlan vastos recursos de centros de datos, como Amazon, Google y Microsoft, la oportunidad de convertirse en el poder de cómputo de todo el mercado móvil. El efecto principal de esto es que los consumidores podrán tener videojuegos en sus dispositivos móviles con gráficos que generalmente están reservados para PC o consolas, o transmitir instantáneamente videos 4K sin necesidad de mantener archivos grandes en sus equipos. Los efectos secundarios y terciarios, sin embargo, podrían ser más significativos.

Una tendencia importante en los últimos tres años de investigación en inteligencia artificial, ha sido reducir los sofisticados algoritmos de toma de decisión a un tamaño lo suficientemente pequeño como para ser almacenados en un dispositivo móvil. Esto es lo que permite a los gigantes de la tecnología publicitaria como Facebook y Google ofrecer filtros de fotos y videos, traducción automática de texto entre idiomas y servicios de voz a texto cada vez más precisos.

Nuevamente, con una latencia cercana a cero, estas compañías pueden usar sus vastos recursos informáticos para hacer que todos estos servicios sean más precisos. Además, dado que los datos ahora se procesan en sus propios servidores, les permite acceder a más datos sobre cada acción que realizamos en dispositivos móviles. De ahí obtendrán su “poder” futuro.

Qualcomm, el mayor proveedor de chips móviles, ha adoptado el 5G al anunciar los primeros chips capaces de recibir una señal de esta red para teléfonos móviles. Sin embargo, cualquier empresa que fabrica tarjetas SD o almacenamiento en el dispositivo está temblando en un futuro en el que casi todos los datos se guardan en la nube y se accede de manera instantánea a través de redes móviles increíblemente rápidas.

Los consumidores pueden aprovechar los dispositivos más livianos, tanto en peso como en costo, porque se necesitan componentes menos potentes. Los algoritmos de inteligencia artificial que se ejecutan actualmente en los móviles también consumen mucha energía, y el procesamiento interminable de los datos realizados en los dispositivos disminuye la duración de la batería, incluso, cuando la pantalla está apagada. Eso podría cambiar cuando los equipos 5G tengan pantallas pasivas para el contenido entrante.

Por el momento, me resta decir que viene una nueva era de conexión con las redes 5G, pero al mismo tiempo un aumento de la brecha digital actual, pues los operadores aún están calculando los modelos de precios correctos para los planes de redes ultrarrápidas, y es probable que no sean tan baratos de inicio.

 

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