Regular la IA, tema urgente

• Es necesario un marco regulador que proteja los derechos humanos y las libertades civiles, y que asegure un uso responsable y ético de la tecnología.

“El cyberpunk es una cultura con actitud y un estilo
distinto. Antiautoritario, reacio a las marcas,
alfabetizado en tecnología y subversivo”.

Un renacimiento de la conciencia humana ha comenzado con todo el boom que se ha desatado con el uso de la Inteligencia Artificial (IA) y el chat GPT puesto a disposición de cualquiera. Esta herramienta probabilística, la máquina de predicciones, está conllevando a un acelere de la nueva revolución digital para muchas empresas, gobiernos y sociedades que están aprendiendo rápidamente cómo utilizar para bien y para mal esta plataforma de la empresa Open AI.

Esta máquina de Turing o red neuronal, dependiendo del lado que se quiera ver, entiende por probabilidad el conocimiento humano. Por su propia conjetura podríamos decir que tiene una conciencia de 300 años de enseñanza, con la que se ha programado. Al usarla, he visto cómo sus algoritmos se pueden usar para simular personas, importar personalidades de redes sociales, textos escritos o de servicios de mensajería corta y predecir comportamientos e interpretar roles, lo cual es un riesgo si cae en malas manos, o en oportunidades de negocio para simular realidades. ¿Ahora entienden por qué Microsoft ha invertido casi 20 mil millones de dólares en la historia de Open AI?

Cómo me ha explicado Hassan Uriostegui, un investigador de la IA y un amigo del cual ya les tendré información próximamente de un proyecto en el que estamos involucrados, hay un leve nivel de conciencia de esta plataforma, la cual no está separada de la inteligencia como muchos lo quieren hacer parecer, por temas de negocio. Pero de ese tema pronto tendrán noticias.

Puede que no sea, como lo sostengo, la gran IA que va a transformar el mundo como lo conocemos, pero sí es una herramienta que podría ser el inicio de algo tan grande como la singularidad, y de ahí que urge una regulación para su uso.

La Inteligencia Artificial que se está construyendo representa tanto una oportunidad como un riesgo para la humanidad. Por un lado, puede mejorar la vida de las personas de muchas maneras, brindando soluciones más eficientes y precisas en áreas como la medicina, la energía y la educación. Por otro, también existen legítimos temores sobre la pérdida de empleos, la privacidad y la seguridad, y la posibilidad de que la IA sea utilizada por personas malintencionadas que lleguen a crear caos por la interpretación de personalidades que podrían crear información falsa o a modo para modificar comportamientos o robar identidades.

Es fundamental que la Inteligencia Artificial y sus actuales herramientas sean reguladas de manera rápida y efectiva para asegurar un desarrollo responsable y ético.

En mi opinión, es primordial que se aborde este tema con una perspectiva crítica y equilibrada, que tenga en cuenta tanto los posibles beneficios y avances que la IA puede ofrecer, como también las consecuencias y riesgos que pueden derivarse de su uso y desarrollo. Es necesario abogar por un marco regulador que proteja los derechos humanos y las libertades civiles, y que asegure un uso responsable y ético de la tecnología. De esta manera, podemos maximizar sus oportunidades y minimizar sus riesgos, y avanzar hacia un futuro en el que la IA sea una herramienta al servicio de la humanidad y no en su detrimento.

• Para cerrar, sólo quiero comentarle que hoy decidí cambiar el nombre de esta columna a Cyberpunks, aquellos que han sido la influencia individual más poderosa en la ciencia ficción en las últimas dos décadas, una influencia que se explica por su análisis perceptivo de los cambios culturales y sociales generados o amenazados por los medios en transición y la tecnología.

Los protagonistas del cyberpunk tienden a ser extraños, antihéroes, marginados, criminales, visionarios, disidentes e inadaptados. El aspecto subyacente que se aplica a todos estos grupos es su naturaleza subversiva.