Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

16 Ene, 2021

Biden como contrapeso en México

No es poca cosa que, en medio de la transición presidencial más difícil en la historia reciente de Estados Unidos, las empresas energéticas de ese país hayan logrado posicionar en las agendas de los secretarios de Estado, Mike Pompeo; de Energía, Dan Brouillette, y de Comercio, Wilbur Ross, el envío de una carta a sus contrapartes en México para mostrar su preocupación por la incertidumbre que ha generado el gobierno mexicano en materia energética. La alerta radica en la política mexicana de restringir permisos a las compañías privadas, así como ejercer su potestad para beneficiar a las empresas estatales. En la misiva, los funcionarios del gobierno de Trump mencionan documentos y reuniones específicas y aclaran que lo anterior genera preocupación por los compromisos que hizo México en el Tratado México, Estados Unidos y Canadá. Además afirman que muchas de las inversiones que están en riesgo se fondearon con dinero del gobierno de la Unión Americana.

El peso de la carta radica en la capacidad que mostraron las empresas energéticas de Estados Unidos para empujar una agenda en medio de una coyuntura en donde hay asuntos existenciales más urgentes para ese país, lo que manda la señal de que dichas firmas no tendrán problema para cabildear con funcionarios de la administración Biden una postura similar de preocupación, a lo que habrá que sumar el cabildeo con los congresistas. El esfuerzo de las empresas estadunidenses cae en tierra fértil dado que Joe Biden le da un gran peso a la lucha en contra del cambio climático, prueba de ello el nombramiento de John Kerry como enviado especial de Estados Unidos para el cambio climático.

Un componente esencial de la lucha en contra del cambio climático es la transformación de la matriz energética global para alejarse de los combustibles fósiles y ampliar la producción de energías renovables y, en ese contexto, la visión energética soberanista del gobierno mexicano es totalmente opuesta, por lo cual las objeciones de las empresas estadunidenses tendrán más fuerza y habrá más interés de la administración Biden de hacer algo al respecto.

Otros dos temas de la agenda del gobierno de Andrés Manuel López Obrador que van en colisión directa con el gobierno de Biden es la intención de anular órganos autónomos como la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) o el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), entre otros. Dichas entidades son garantía de árbitros imparciales en México y tendrán muchos defensores. Por ejemplo, AT&T se decidió a invertir en México por la reforma en telecomunicaciones que tiene como piedra angular al IFT, por lo que sería previsible un intenso cabildeo de parte de esa empresa con el gobierno de Biden para evitar la anulación de dicho instituto.

Otro asunto de choque es el intento de reforma al Banco de México, que probablemente quede eclipsada por el propio secretario de Hacienda, pero en caso de persistir por un interés particular, implicará un riesgo significativo de lavado de dinero frente a Estados Unidos, lo que generaría reacciones enfáticas y públicas del Departamento del Tesoro y el banco de la Reserva Federal.

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Para los que no coinciden con una visión de gobierno en la que el poder ejecutivo aglutina la mayor parte del poder político en México, el arribo de Biden a la Casa Blanca es un elemento que genera optimismo por el contrapeso que puede ofrecer al defender sus propios intereses.

 

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