Cripto sin traje de baño

Warren Buffett, el inversionista más próspero del planeta, siempre dice que cuando la marea baja se hacen evidente quiénes son los que no tienen traje de baño. No hay nada que genere más desconfianza que andar sin traje de baño en el mundo de las finanzas. A lo largo de 2022, la marea bajó como consecuencia del aumento de la inflación y ello ocasionó que los bancos centrales subieran el costo del dinero y, cuando ello ocurre, todo el mundo se pone a pensar cuánto valen las cosas, por ejemplo, a lo mejor algunos de los unicornios de 2020 ya no valen más de mil millones de dólares en 2022; cuando se asoma una recesión en Estados Unidos, Europa ya se encuentra en una contracción económica significativa, mientras que China crece a la mitad del ritmo que tenía antes de a pandemia. En 2022 bajó la marea y descubrimos que muchos no llevaban traje de baño.

Derretimiento cripto

El ajuste más dramático se dio en el valor de los criptoactivos que se derritieron en cadena. La idea de que los criptoactivos eran un suerte de oro digital resistente a la inflación e independientes de los bancos centrales no se sostuvo, por un lado, muchos inversionistas se entusiasmaban cuando los bancos centrales o gobiernos anunciaban que ya los iban a regular, por otro lado, al tiempo que subían la tasa de interés, caía el valor de estos activos, su principal punto de debilidad fue que millones de personas invirtieron con la idea aprovechar los rendimientos que ofrecían sin entender a cabalidad cómo funcionan y cuál es la filosofía detrás de su funcionamiento.

La credulidad de este tipo de inversionistas generó la demanda que impulsó el precio, no obstante, la confianza que se puede tener en algo que no se entiende es frágil y esa fragilidad se quebró cuando el precio del dinero comenzó a subir por la acción de los bancos centrales que aumentaron las tasas de interés para controlar la inflación. Los criptoactivos no son dinero, aunque el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, haya pretendido que sí, su populismo cripto ha llevado al descrédito de su país, que ya acumula una minusvalía de 65 millones de dólares.

¿hay futuro cripto?

El dinero es un consenso imaginario cohesionado por la confianza, los criptoactivos buscaban generar un nuevo consenso utilizando un mecanismo de encriptación colaborativa para generar una base de datos inmutable, ése pretendía ser el mecanismo de cohesión que daba origen a la confianza. Sin embargo, aunque el mecanismo permaneció inmutable, la confianza se fue resquebrajando a lo largo del año, pero sufrió su mayor afectación con el colapso de FTX, de Sam Bankman-Fried.

Él era el lado más amable del mundo cripto y por ello, conforme va emergiendo información de los detalles de la debacle, va quedando claro que tenía nociones de que estaba creando un esquema piramidal. Aunque el mecanismo de blockchain seguirá funcionando, el golpe al sector cripto es demoledor y es que el principal atributo del dinero es la confianza y, aunque algunos de los entusiastas lo seguirán siendo, es claro que las principales promesas que ofrecía esta plataforma tecnológica como sustituto de los bancos centrales y el dinero quedaron muy cortas y no parecen remontables en su versión actual, por ello considero que bitcoin no volverá a sus niveles de hace un año, cuando se cotizaba por encima de los 65 mil dólares, pero el ethereum tiene oportunidad de generar valor como subproducto de la utilidad de su blockchain, que se ha vuelto mucho más ágil al sustituir el proof of work por proof of stake. Con el tiempo, la marea volverá a subir, pero el mundo cripto no recuperará tan fácil el decoro perdido en 2022.