Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

24 Abr, 2024

México, entre osos y pandas

En los años tempranos de Microsoft, Steve Ballmer, quien fue una pieza clave en la compañía, decía que en su relación con IBM tenían la doctrina de “cabalgar el oso”, refiriéndose a que querían ser el proveedor del sistema operativo de IBM a cualquier precio, pues era esencial para su crecimiento. Lo dicho por Ballmer me hizo pensar en la política que tiene México hacia Estados Unidos en materia comercial, que es mantenerse arriba del oso estadunidense, sobre todo cuando el oso ha definido que no le gusta otro oso, que es el panda chino.

YA NO PUERCOESPÍN

En 2004, el embajador de EU en México, Jeffrey Davidow, publicó un libro cuyo título es una metáfora de la dinámica de la relación entre los dos países. El título es El oso y el puercoespín, en donde EU a veces es un oso grizzly grande y poderoso, pero también descuidado, que a veces pisa a su vecino sin poner mucha atención y, en esa dinámica, México era un puercoespín susceptible que sobrerreaccionaba. México ya no es un puercoespín, como lo ha demostrado una y otra vez, aunque a veces sí es susceptible. EU ya no es tan descuidado: en estos últimos 20 años la relación se ha profundizado y México ya es su principal socio comercial y un aliado clave en materia de seguridad en la frontera.

EL OSO PANDA

Con Xi Jinping, la locomotora económica china ha perdido fuerza por un conjunto de factores que han provocado que se considere que crecer un 5% es un buen número, y quedaron lejos las tasas de doble dígito desde la época de Hu Jintao hacia atrás. Los factores que han influido en la desaceleración van desde los efectos económicos de la política de cero covid, la burbuja y crisis inmobiliaria, así como el recelo de Europa y Estados Unidos, que ha provocado medidas proteccionistas. A esto se suma la mayor concentración de poder que ha buscado Xi en detrimento de las grandes campeonas tecnológicas, como Alibaba, Tencent, etcétera. No obstante, la enorme capacidad instalada de China y el éxito de su capacidad y excelencia en la manufactura han llevado a las empresas de ese país a salir al mundo para colocar productos que ya no absorben sus mercados domésticos. China está desembarcando en el mundo y, obviamente, ello incluye con énfasis México para seguir manteniendo como clientes al mayor mercado del mundo.

GUERRA DE OSOS

Hace dos semanas, en su visita a China, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, les dijo a sus contrapartes de ese país que le preocupan sus desequilibrios macroeconómicos, que, en conjunto con el enorme apoyo del gobierno a ciertos sectores específicos, así como una sobreinversión empresarial, están teniendo efectos negativos en el resto del mundo para trabajadores y compañías. Obviamente, China ha rechazado categóricamente el término de “sobrecapacidad” previo a la visita del secretario de Estado de EU, Anthony Blinken.

PRAGMATISMO

En medio de ambos osos, México tiene muy claro su bando, que es donde coloca el 83% de sus exportaciones, es origen de casi el 50% de la Inversión Extranjera Directa, de 63 mil mdd de remesas y 8 de cada 10 turistas internacionales. Esos datos llevaron a que, independientemente del resultado electoral del 2 de junio, la integración de México con la región norteamericana no esté en duda. Cuando Leonardo Curzio le preguntó a la candidata Claudia Sheinbaum ante los banqueros cuál sería su postura frente a la presión que comienza a generarse en EU en contra de las inversiones chinas en México, la política respondió: “A ver, lo primero es que nosotros somos el principal socio comercial de Estados Unidos y tenemos un tratado, y ese tratado representa un potencial enorme, además, para la economía de México, no sólo lo que representa hoy, sino también lo que representa hacia el futuro, con la relocalización de las empresas. Entonces, eso tenemos que mantenerlo, tenemos que protegerlo y tenemos que permitir que eso sea uno de los grandes ejes del desarrollo de nuestro país”.

HABILIDAD

Me da tranquilidad el pragmatismo de México, que se ha reflejado en el decreto de 544 aranceles que publicó la Secretaría de Economía para frenar la importación de mercancías desde Asia. No se puede omitir que está muy alineado con las inquietudes que expresó Janet Yellen en China, aunque podría tener componentes recaudatorios. En ese tenor, la agencia de noticias Reuters dio a conocer que Economía estaría suspendiendo incentivos para las empresas automotrices chinas que inviertan en México. Aun así, las inversiones chinas seguirán llegando a México y el próximo equipo que llegue a la Presidencia tendrá la oportunidad de apalancar la reconfiguración de cadenas de suministro, tanto para revisar el T-MEC en 2026 como para generar cadenas de valor con proveeduría local. Para ello, se requiere revivir la banca de desarrollo y diseñar una política industrial que no sea inercial.

En conclusión: la guerra entre el oso grizzly y el oso panda puede ser muy provechosa para México, pero también pueden pisar al país.

 

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