Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

22 Jun, 2019

Pesadilla logística de medicamentos

En una hoja de papel muchos planes parecen buena idea hasta que chocan con la realidad. En un análisis racional resulta lógico el planteamiento de la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda, encabezada por Raquel Buenrostro, para buscar reducir el gasto en la compra de medicinas entre un 20 y 30 por ciento mediante la disminución de los costos de distribución, lo que se traduce de primera instancia en la eliminación de contratos. Hasta ahí bien el planteamiento en papel.

El problema es la dimensión logística de la propuesta. Rafael Gual, director de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma) me dijo en entrevista que ese escenario propuesto por Hacienda significa enfrentar el desafío de distribuir mil millones de medicamentos en seis meses, plazo establecido en los contratos. Movilizar esa cantidad, significa 166 millones de medicamentos para repartir en siete delegaciones del IMSS, es decir, 25 millones de piezas por almacén, nueve tráileres por día, estamos hablando de 18 horas para descargar por día.

Sin duda, todo este proceso demanda una eficiencia impecable, a la que habría que sumarle la redistribución hacia cada uno de los hospitales, sin contar la complejidad de las cadenas de frío y protocolos de transporte para los medicamentos que así lo ameriten.

El gobierno federal tendrá que contratar la parte logística mediante un proceso de licitación abierto, si se siguen los protocolos base, corriendo el enorme riesgo de tener una curva de aprendizaje en donde haya fallas o importantes áreas de mejora. Las consecuencias de la escasez de medicamentos ya las hemos visto y va de por medio la salud y la vida de las personas.

Hace unas semanas, escribí una columna en donde retraté el calvario de Magdalena, que se atiende por cáncer en el Hospital 20 de Noviembre y cómo en varias ocasiones, en estos meses recientes, no pudo recibir su quimioterapia al no tener existencia de los medicamentos que acompañan el tratamiento.

Un ejemplo de los errores del cálculo y la escala de sus consecuencias lo ofrece el capítulo del desabasto de gasolinas a inicios de este año en donde se conjuntaron una disminución en el volumen de importación de gasolina al mismo tiempo que se cerraron ductos en la temporada de mayor demanda del combustible.

La curva de aprendizaje resultó en largas filas en estaciones de gasolina, sin embargo, en el caso de las medicinas el error no se verá en filas de automóviles, sino en el número de pacientes que pierdan la vida por falta de medicamentos.

El margen de maniobra, definitivamente, es muy reducido en temas de salud y si el plan de la Oficialía Mayor de Hacienda se estrella contra la realidad el daño será mucho más severo y políticamente explosivo.

No es casualidad que, ante la renuncia de Germán Martínez al frente del IMSS, el subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera se deslindara del tema. El sistema de salud mexicano ya está bajo una enorme presión, esperemos que la curva de aprendizaje sea muy breve.

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