Rodrigo Pérez-Alonso

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Rodrigo Pérez-Alonso

20 Mar, 2019

La crisis de Boeing

El pasado 10 de marzo, la línea africana Ethiopian Airlines sufrió uno de sus mayores accidentes. El percance y la muerte de las 157 personas a bordo provocaron una de las mayores crisis para Boeing, la empresa estadunidense fabricante del 737 MAX 8 que se accidentó.

Esto desencadenó una de las mayores investigaciones en la industria de la aviación de los últimos años, atrayendo la mirada y escrutinio de organismos reguladores de todo el mundo, así como de autoridades y empresas del ramo.

    Poco a poco salieron del aire alrededor de 387 aviones de esta clase que apenas fue lanzada al mercado en mayo de 2017.

El equipo de Boeing se encuentra aún en Etiopía, en el lugar del accidente, apoyando a los investigadores que analizan con mesura cada una de las posibles causas del siniestro.

Así lo dio a conocer este martes Dennis Muilenburg, consejero delegado de Boeing, quien, a través de un video que fue difundido en diversas plataformas, hizo frente a la mayor crisis que ha tenido la marca desde que asumió el cargo.

Al parecer todo se inició por la falla en el software del avión, que interpretaba erróneamente que la aeronave estaba cayendo en picada (stalling) y tomaba el mando para evitarlo.

Por lo pronto, la empresa con sede en Chicago, Estados Unidos, ha paralizado las entregas del modelo, a pesar de que tiene más de cuatro mil 600 encargos de este tipo de aeronaves civiles pendientes de entrega. En México, la empresa Aeroméxico cuenta con seis de estos aviones y, por lo pronto, ha ordenado más.

Mientras tanto, autoridades aéreas internacionales ya han tomado cartas en el asunto. Por ejemplo, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos analiza los planes para un arreglo de software, la agencia de seguridad de aviación de la Unión Europea (EASA) tiene su mirada puesta en la empresa, atenta a las mejoras y cambios en el diseño de la aeronave.

Canadá, por su parte, afirmó que certificará por sus propios medios al 737 MAX, en vez de aceptar la validación de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos.

Sin duda, la intervención pública de dos importantes reguladores viene a complicar todavía más el regreso del Boeing a los aires, ya que estas declaraciones llegan en el punto más álgido de la investigación de que se está llevando a cabo.

Por supuesto que esta situación también da pie a que los competidores de Boeing aprovechen esta coyuntura. Por ejemplo, en nuestro país seis de cada diez aviones de aerolíneas mexicanas son del modelo rival de Boeing 737 MAX: el modelo A320 de Airbus.

Tan sólo el año pasado, casi cinco de cada diez aviones operados por Volaris, VivaAerobús e Interjet pertenecían a la gama A320.

Las aeronaves cuentan con una capacidad similar para albergar pasajeros y una diferencia en ahorro de combustible de entre el 18 por ciento y 20 por ciento dependiendo del modelo, este modelo ha probado ser sumamente popular y eficiente.

Por lo pronto, las acciones de Boeing subieron el día de ayer al cierre de las operaciones, a pesar de complicarse cada día más el entorno para el que, en su momento, fue nombrado el mayor fabricante de aviones del mundo.

 

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