2023.. ¡año terrible!

Cada año que pasa vamos viendo una cauda de eventos que causan sinsabores, pero unos días de descanso, más las fiestas pre y posnavideñas nos amainan la neurosis y empezamos un nuevo ciclo. 

Este año 2023, me temo que el cúmulo de problemas es mayor y la situación global está envuelta en graves peligros. México también vive situaciones complejas, y como ya vimos, un entorno catastrófico en varias partes del país debido a fallas de todo tipo. Vamos a definir al año que termina como la extinta reina Isabel II lo hizo: Annus  horribilis.

En el mundo estamos inmersos en varios conflictos: Ucrania sigue invadida impunemente por el imperio ruso y, aunque lucharon valientemente, parece que va disminuyendo la atención global y la ayuda. Es difícil predecir el final, pero no se ve nada promisorio.

En África, especialmente Darfur, víctima de una hambruna feroz, vuelve a resurgir la guerra con su efecto en la población inerme. El mundo lo ignora por ser un país tercermundista y pobre.

Capítulo aparte es la conflagración (otra más) en Oriente Medio. Israel fue golpeada por terroristas islámicos mostrando una falla de inteligencia muy preocupante de su gobierno, que, además, enfrenta a un ala radical y una gran polarización.

Muertes horrendas de mujeres y bebés; torturas y la captura de inocentes para utilizarlos como rehenes. La correspondiente intervención en Gaza, ha servido para que Hamás saque raja mediática. Hay muertes por ambas partes y una operación israelí muy delicada para eliminar al terrorismo.

Va a ser larga esa ofensiva y hay gran sufrimiento, pero, con cierto realismo debemos promover una solución a mediano plazo, con dos estados en paz apoyando su desarrollo, eliminando a los fundamentalistas de ambos bandos y con el apoyo de los demás Estados árabes y el mundo occidental, al que le urge reducir el fanatismo islámico y sus terribles consecuencias en Europa y el resto del mundo. 

Estoy muy preocupado por las repercusiones globales violentas, además socio- políticas por este conflicto en los próximos meses y años.

En América Latina y España, polémicas elecciones, tanto en Argentina como próximamente en Venezuela y la división de países en dos o más tendencias ideológicas vagas y peligrosas.

Nadie sabe cómo se comportarán los gobernantes en América del Sur con sus relaciones y alianzas (o desencuentros). Termina este año con una definición poco clara. España tiene a un gobernante reelecto que logró mayoría con base en concesiones muy cuestionadas y que van a ser causa de protestas e inestabilidad.

En México vivimos dos grandes acontecimientos: la catástrofe de Acapulco y sus habitantes que mostró muchas deficiencias y poca empatía inicial de los gobernantes y, como siempre, el enorme esfuerzo de la sociedad civil para apoyar a la población.

Nos viene una tarea magna, que es limpiar y reconstruir a la ciudad y a su economía y un proceso crítico para hacer del puerto un lugar seguro, sin bandas delincuenciales y un cuerpo de vigilancia eficiente y profesional. De eso depende el futuro de ese paraíso y su supervivencia.

El otro fenómeno son las elecciones y el ocaso del régimen más controvertido en la historia reciente del país. ¿Este proyecto continuará o habrá cambios? Eso se lo dejo a los electores con su voto… o su apatía.

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