Salo Grabinsky

Del verbo emprender

Salo Grabinsky

11 Ene, 2020

¡Bienvenidos a la tercera década del siglo XXI!

A los que sobrevivimos el nuevo milenio con todas las repercusiones que este convulso periodo implicó, tenemos por fuerza que estar un poco ansiosos de lo que vendrá a todos los niveles en este país y el mundo, enfatizando como siempre la salud y la armonía de nuestras familias y la continuación permanente de nuestro esfuerzo productivo en empresas golpeadas, pero aún vivas y, eso espero, con un sano crecimiento.

Para la inmensa mayoría de la población nuestras prioridades están muy claras: seguridad tangible y a todos los niveles, para que podamos sentirnos tranquilos en casas, escuelas, calles, en viajes y en nuestros centros de trabajo. No aguantamos más deterioro y violencia así que el reto es mayúsculo y de ahí depende el resto de nuestras actividades y la paz social.

En segundo lugar, vamos, ahora sí, a crecer en forma ordenada y estable, ya que por mucho que se hable de cambios y transformaciones profundas, si éstas no trascienden en empleos seguros y dignos, en mayor contribución de impuestos y otros cargos al gobierno, incluyendo ahora sí a los millones de personas que laboran de manera informal y reduciendo los subsidios innecesarios para intercambiarlos por fuentes reales de trabajo. No conozco mejor receta para la distribución justa de la riqueza generada que por el poder adquisitivo proveniente de empleos y trabajo con metas claras y el orgullo de poder ganarse la vida con esfuerzo y no con dádivas.

Deberán continuar algunos programas asistenciales que reduzcan la extrema pobreza aún imperante en ciertas regiones, pero monitorearlo y hacer auditorías y controles verificables y seguros para que en verdad cumplan con su propósito.

Las controversias por las inversiones en infraestructura promovidas por el Presidente continuarán, ya que hasta ahora no se ven resultados concretos y hay dudas no resueltas acerca de su viabilidad.

Por otro lado, un proyecto muy prometedor, como lo es el corredor transístmico de Coatzacoalcos a Salina Cruz aún está parado y, pienso yo, será un gran detonante para el desarrollo del sureste y también para el T-MEC en ciernes de ser ratificado.

Esperamos todos que la situación macroeconómica siga estable, con variables como la inflación, la paridad cambiaria y el mínimo endeudamiento público continúen manejadas correctamente.

Las instituciones financieras deben adecuar sus tasas de interés y otros cargos a la situación del país para que fluyan créditos a mayores empresas y se agilice la inversión.

Lo mismo en cuanto a las regulaciones nuevas y los impuestos que, para la inmensa mayoría de la gente, son un misterio y provocan dudas y más desconcierto.

Con respecto a la lucha contra la corrupción y la austeridad que han sido bandera del nuevo régimen, esta nueva década y en especial el año 2020 deberán mostrarnos hechos verificables, cuentas claras y avances notables para que continúe la popularidad del Presidente. No hay forma de medirlas sin datos convincentes e imparciales.

Buen año y década para todos, con salud, paz y prosperidad

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube