El trimestre económico y social

Nos enfocamos ahora a revisar los resultados durante este primer trimestre de 2024 en los aspectos económico y social. Muchas cifras pueden dar una noción errónea de la situación en el país y a nivel global. Vamos a analizarlas

Crecimiento, inflación y tasa de interés.- Este trimestre experimentó una caída en el crecimiento, pero se sigue pensando que en 2024 vamos a aumentar entre 2.5 % y 3 por ciento. En un año electoral es esperable que haya altas y bajas, pero hay factores que tienen inercia propia. La inflación va bajando gradualmente y se espera esté en niveles previstos hasta 2025 y tampoco es algo preocupante. Las tasas de interés que fija Banxico bajaron un poco, pero no se esperan movimientos importantes este año, hasta no estar seguros de que la inflación ya se redujo.

Tasa de cambio e inversiones. La moneda mexicana está pasando por un buen periodo, ya que el aumento espectacular de las remesas y nuevas inversiones para la exportación de vehículos y otros bienes de capital siguen altas. Por cierto, hay señales y cuestionamientos por parte del tesoro de Estados Unidos acerca de la procedencia de esas remesas, con algunos casos extraños. Veremos qué pasa. Los inversionistas importantes tienen planteado un panorama a largo plazo y parecen no prestar atención a la agitación política de este sexenio. ¿Saben algo ellos que nosotros los humildes ciudadanos ignoramos? ¡Ya díganlo, por favor!

Parece que, a pesar del fragor electoral, no se prevé este año ninguna corrección importante en las tasas, pero nunca se puede predecir un acto externo. Lo único que sigue golpeando a los ciudadanos, mipymes y a ciertas poblaciones es la violencia desatada. Mis asesorados en varios estados viven con miedo y algunos ya se salieron de su región por el clima violento. Hay angustia y enojo en muchas partes.

Otro asunto que se viene planteando es el endeudamiento externo del país, tanto nacional como en otras divisas. Mi opinión por ahora, es que está alto, pero razonable, y lo dedican a terminar obras de infraestructura, salvar a Pemex y a CFE, además de sostener los programas sociales que han sido factor clave de este régimen y, ya dicho por todas las candidatas, seguirán en el sexenio entrante, con diversas adecuaciones.

Hay un poco de preocupación acerca de la carga financiera que este régimen le va a pasar al siguiente, ya que el flujo de fondos propios no va a alcanzar y se necesita un ajuste en 2025 y años posteriores. Hay varias opciones: adquirir más deuda externa, con su peligro correspondiente, hacer una reforma fiscal con un aumento de impuestos y otros cargos a la población y, definitivamente diseñar un proceso de manejo racional de los fondos, evitando gastos inútiles o redundantes. Seguramente va a ser una mezcla de los tres, ya que ninguna candidata se puede aventar el riesgo de una crisis financiera como las que pasamos anteriormente.

Muchos analistas más versados que yo, que no soy economista ni profeta, han considerado el manejo macroeconómico y monetario del país como razonable, a pesar de los aullidos y propuestas radicales que no han prosperado. Yo espero que el país siga creciendo, que las autoridades en verdad apoyen a los millones de empresas a regularizarse, a crear nuevos emprendedores con empleos dignos y en un clima de tranquilidad, paz interna y mucha menos corrupción. Nos lo merecemos todos para acabar con la polarización reinante. ¡Ojalá se cumpla lo anterior!

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