Del verbo emprender
Salo Grabinsky4 Jul, 2020
Empresas familiares en la crisis fase II (primera parte)
Estamos entrando a la fase II de esta pandemia en medio de una gran confusión y desgraciadamente, sin un camino a seguir. Se va a abrir la economía porque ya se “aplanó” la curva, pero quién sabe.
Es preciso entrar a este periodo y evaluar el daño para controlarlo antes que se deteriore más. Esto será basado en el sistema familia-empresa-patrimonio y nuestros empleados.
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FAMILIA
El paso necesario posterior al confinamiento familiar va a ser muy delicado: Volver a ver físicamente a los hijos, abuelos, nietos y otros seres queridos va a ser muy emotivo, agridulce y debe hacerse con cuidado, dadas las aún vigentes limitaciones físicas e higiénicas y, no lo duden, sicológicas. Pero, en muchos casos va a ser una ocasión inolvidable y esperada.
Nosotros habremos cambiado en este encierro, muchos valorando la armonía y unión familiares, reafirmando nuestros lazos de amor y apoyo mutuos y, contando esta experiencia como una de enseñanza y convivencia que deben continuar.
Las reuniones físicas con la familia deberán restablecerse, con sus obvias limitaciones para con las personas vulnerables. Muchos hábitos saludables aprendidos durante el confinamiento van a ser importantes y deben continuar. Leer, hacer ejercicio, comer sano y estar comunicándonos frecuentemente son esenciales durante la fase II y en general, aunado al trabajo y otras actividades ya normalizándose.
Desgraciadamente, también habrá casos de alejamiento, peleas, incluso separación entre parejas y otros que, desde antes de la pandemia tenían problemas y que se agravaron en el encierro. Al salir de la cuarentena van a tener que ser resueltos con el apoyo de profesionistas, asesores, incluso con abogados y jueces. La pandemia nos causó ese golpe. No es sano guardarlos hasta que esta estalle de nuevo lastimando a muchos.
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En el área de trabajo, con el tiempo dedicado a reflexionar van a haber muchas dudas y cuestionamientos exacerbados por la falta de actividades productivas.
Por ejemplo, el fundador(a) va a pensar seriamente en su mortalidad y tal vez programar su retiro, ya que el reto es mayúsculo y ya no puede o quiere tomar decisiones y lidiar con el negocio. El tema de la sucesión en la dirección y operación va a salir a la superficie y a más de uno le va a quitar el sueño.
Los familiares trabajando en la empresa que al ver el daño causado, se cuestionarán si es viable ligar su futuro y el de sus hijos a un negocio con deficiencias y peligros en su crecimiento y supervivencia. Eso aplica a los socios sean estos familiares o no. Algunos familiares que trabajaban fuera solicitaran ser incluidos en el negocio familiar y eso hay que aclararlo mediante el protocolo familiar y juntas al respecto.
En resumen hay que controlar el daño causado, mantener la armonía y cuidar su liquidez para enfrentar esta etapa.
Asesoría y consejos a gzsalo@gmail.com o al 55 69656876
Continuará...