Salo Grabinsky

Del verbo emprender

Salo Grabinsky

19 Jun, 2021

Las empresas y las clases medias

Terminado el proceso electoral que, afortunadamente, fue pacífico (excepto los homicidios durante la campaña) y concurrido (aunque existe abulia y yo me hubiera esperado muchos votantes más para afianzar las elecciones) es necesario votar, amigos abstencionistas para saber hacia dónde vamos. Ya salimos de este proceso, pero yo tengo una respetuosa reclamación a nuestro

Presidente por sus comentarios acerca de las “clases medias con aspiraciones y egoístas”. 

Honestamente, me lastimó en lo personal y a nombre de miles de empresas familiares que he tratado, y millones de micro, pequeñas, medianas, incluso grandes empresas de estructura familiar que he estudiado apasionadamente durante los últimos treinta años y que aún seguimos. Razones:

1.- Hay unos cientos de familias muy poderosas económicamente en el país y también decenas de millones de familias en pobreza, incluso extrema. Los últimos dos años han sido desastrosos por haber aumentado el desempleo en grandes segmentos de la población. Se recrudeció la violencia, inseguridad y la economía informal. La pandemia fue una causa importante, pero no la única. Las clases medias también han sido muy golpeadas, con un ínfimo apoyo real.

2.- Las empresas privadas que sobreviven son abrumadoramente pequeñas y pertenecen, con su esfuerzo y aspiraciones a un futuro mejor, a esa “clase media” que se ha estado criticando. Pero, además, pagan contribuciones, seguro social  y tienen todo tipo de cargas, tanto estatales, municipales como varias presiones externas.

3.- Las empresas familiares son generadoras de empleos estables a empleados, ejecutivos y obreros calificados, que, con sus ingresos y consumo, se convierten en ¿adivinen qué?: miembros de la clase media del país. Así, vemos construir millones de viviendas propiedad de familias, decenas de millones de autos particulares, teléfonos celulares y objetos tecnológicos. Tienen con qué comprarlos, incluso endeudándose, y generan mayor desarrollo comercial. Tienen aspiraciones a un futuro mejor para sus hijos y ¿eso es ser egoístas?

4.- Existen millones de profesionistas en todas las ramas, incluso con posgrados que, en México, estamos emprendiendo nuevos negocios, haciendo investigación de punta, aunque los insuficientes recursos públicos han disminuido, hay artistas sin trabajo y muchas personas se aferran a una estabilidad económica muy deteriorada. La clase media es bastante frágil y no es justo que se la golpee aún más.

5.- Los países desarrollados son aquellos donde existe una clase media mayoritaria, se reducen los lacerantes contrastes y se promueve a los emprendedores y a las empresas para que crezcan, paguen impuestos adecuados y se proteja su empleo. No todos funcionan igual, obviamente, pero la alternativa es notoriamente peor y conocemos varios países así.

Le reitero mi petición al gobierno federal y a los otros órganos públicos a que promuevan el empleo productivo, la creación y apoyo a empresas y que prevalezca una clase media sobre los más pobres, integrándolos a ellos con incentivos reales. Así seremos un país en paz, libertad y con la democracia que nos merecemos todos.

 

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