Del verbo emprender
Salo Grabinsky10 Feb, 2024
Las manos calientes: regalos y herencias
Las experiencias que uno tiene por asesorías con empresas familiares sirven de mucho. En un viaje un amigo platicando sobre su familia me dio: “Cuando regales algo, dalo siempre con las manos calientes”. Al preguntarle el significado, me explicó: “Cuando regales algo, hazlo con todo el corazón y el deseo de agradar a alguien al que tú quieres y lo tienes que dar con las manos calientes. Así demuestras que estás con vida y son tus deseos para que esa persona goce en mayor o menor grado tu obsequio”. Por otra parte, algún día tendrás las manos frías o heladas al no estar vivo y eso implica otro proyecto que debes hacer y es el de poner por escrito de forma legalizada a quién le vas a dejar tus bienes.
Me llamó mucho la atención esta frase y la quiero analizar. Resulta que como asesor de empresas familiares siempre he dicho que salvo casos muy especiales y analizados previamente por profesionales y expertos en varias ramas no deben haber herencias en vida, o legar todo tu patrimonio a tus seres queridos. He tenido casos en donde esa persona legó todas sus propiedades a sus hijos porque él tenía una fuerte inversión en la bolsa de valores. Dicha inversión se esfumó por completo con una crisis económica. Fue con sus hijos a pedirles que le devolvieran sus ranchos y ya se pueden imaginar su respuesta. El pleito siguió y yo me salí de dicha asesoría. Otro refrán que también sigo es el de “ni todo el amor ni todo el dinero”. La vida da muchas vueltas y pueden necesitar en un futuro vivir de sus ahorros y ya no existen. Apoyemos a nuestros hijos y otros parientes cercanos durante nuestra vida para tratar de ayudarlos a que sean productivos, darles un empujón en sus profesiones para que ellos, trabajando, logren un mejor nivel de vida. Pero es vital no echarlos a perder y hacer que sus ilusiones se vuelven realidad con su trabajo y esfuerzo. Estoy en contra de dejar a nuestros hijos dependientes de nosotros y de nuestra riqueza, como parásitos. Es triste ver gente que jamás ha logrado hacer algo por cuenta propia y al fallecer sus padres o abuelos tiran por la borda, tanto su patrimonio como su vida productiva que pudo ser muy gratificante. Es muy triste ver cómo se desperdicia el talento y la capacidad de esa gente porque todo lo tiene resuelto.
Por otro lado, debemos reflexionar, ya que con el corazón y las manos calientes podemos hacer felices a nuestros seres queridos y al mismo tiempo sentirnos orgullosos de su potencial. Y en las empresas familiares hay ambos extremos: por un lado darle amplios recursos a los sucesores potenciales sin los instrumentos para que se desarrollen como líderes con un sueldo apropiado al nivel de trabajo y puesto que desempeñen. En otros casos, el fundador quiere demostrarles a los hijos que, a través de privaciones desde la infancia, pudo sacar adelante el negocio y a la familia. En este caso resienten el trato tan inhumano y a la primera ocasión se salen el negocio o cuando el fundador fallece, se van al extremo y derrochan el patrimonio.
Muy sabio nuestro pueblo, así que usen su criterio para dar con manos calientes a los que se lo merezcan.
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