Noticias del nuevo año

Escribo este artículo anticipadamente, para poder relajarme estos últimos días de este “año turbulento”, así que pido disculpas si en estas semanas no haya visto las noticias de México y de otras partes. Ustedes sigan atentos a lo que sucede, pero buscando las fuentes fidedignas y no haciendo caso a las fake news, algoritmos venenosos a la peligrosa invasión  aún no controlada de la inteligencia artificial… y a los virus invernales. Protéjanse y espero hayan gozado las reuniones familiares como se merecen.

Deseo que haya indicios de un cese al fuego y la reducción al mínimo de bajas inocentes en Oriente Medio, del regreso de los rehenes sanos y salvos, y que el mundo civilizado se dé cuenta del peligro mortal que representa el terrorismo y fanatismo fundamentalista y sus acciones globales, que tanto daño siguen causando. Ésta no es una conspiración más, sino un hecho constatado por miles de víctimas. Está en grave peligro la tolerancia y convivencia entre los seres humanos  y sus familias.

El año comienza en México y promete ser excepcional por diversos motivos: vámonos acostumbrando a la andanada de verborrea, promesas poco cumplibles por toda clase de candidatos (as), enormes cantidades de dinero gastado muy por encima de lo legal, a pesar de las reglas fijadas por el INE y sancionadas por éste y los tribunales electorales, a partidos a los que les valen gorro las multas, con tal de ganar la elección… y el poder.

También vienen un cúmulo de proyectos de ley, acciones oscuras en el Congreso y buscar a como dé lugar cambiar y disminuir a instituciones independientes, perfectibles pero bien sustentadas en las libertades democráticas que tanto esfuerzo nos ha costado incorporar a los ciudadanos. Va a estar al rojo vivo el debate en el Legislativo y, por ende, en el Poder Judicial, el que con muchos errores y deficiencias, es cierto, pero que está sirviendo para cumplir los preceptos de la Constitución. Mucho esfuerzo para transitar calmadamente este año.

La economía sigue tranquila y creciendo debido, sobre todo, a los millones de empresarios  tozudos, a sus empleados y a las familias que dependen de ellos y sus decisiones. Los peligros abundan, lo sé, empezando por la creciente inseguridad y dificultades para trabajar y distribuir los productos y servicios que ofrecen sin ser atracados. Los inversionistas nos siguen buscando, a pesar de la situación, porque saben del enorme potencial del país como paso necesario para el bloque comercial más poderoso en la actualidad y la pugna entre los países líderes que, esperamos, siga siendo pacífica. Somos beneficiarios de este gran paradigma coyuntural, pero, como todo, las ventanas de oportunidad se cierran rápidamente y podemos quedar sin sus enormes beneficios, que otros países, sin duda, obtendrán.

Varias noticias: en unas semanas más se publicarán dos libros nuevos, uno de mi autoría, editado por la UNAM, gran institución orgullo de México, y el segundo con un capítulo mío sobre capital humano en las empresas familiares publicado en Zimbabue, ¡en África! ¿Cómo la ven?