Salo Grabinsky

Del verbo emprender

Salo Grabinsky

27 Ene, 2024

Reconsiderando Viena

Recientemente estuve unas semanas en Viena, en plan familiar. El clima frío, pero razonable. He estado varias veces en la ciudad, con un pasado imperial de palacios y grandes avenidas, majestuosos museos y sus gloriosos cafés, que han sido siempre puntos de reunión, pláticas interminables y deliciosos pasteles. Pero también me sentía incómodo ante una actitud extraña, sobre todo ante el terrible recuerdo de los años previos a la Segunda Guerra Mundial y el papel que jugó la mayoría de la población ante la Anschluss o la anexión de Austria a la Alemania nazi.

Se dice que la historia la escriben los vencedores, pero en este caso se tergiversó. Resulta que, en ese fatídico 1938, el ejército nazi, después de anexarse los Sudetes checoslovacos entró a Austria ante el clamor de los habitantes, y hay muchos vídeos que lo demuestran, así como la apoteótica recepción a Hitler en el palacio imperial de Hofburg. La inmensa mayoría lo aclamó y empezaron las persecuciones y despojo a disidentes políticos, al pueblo judío y a las otras minorías raciales y deficientes mentales. Fue catastrófica la represión, los campos de concentración de Dachau y Mauthausen entre otros.

Termina la guerra y en 1945 Viena es ocupada por los aliados y el gobierno empieza a limpiar a funcionarios notoriamente nazis, a enjuiciar a algunos y en 1955 se firma la salida de la ocupación y Austria se declara, inteligentemente como un país neutral.

Pero, a diferencia del pueblo alemán (occidental) que fue sujeto a una campaña desnazificadora por décadas, a los austriacos no se les hizo lo mismo. Ellos al principio se declararon como víctimas del nazismo y que fueron invadidos contra su voluntad y esa versión fue dicha por muchos habitantes, considerándose como víctimas inocentes de la barbarie.

Sin embargo, esta versión  está siendo vigorosamente desmentida, sobre todo en el recién renovado y espectacular Museo de la ciudad de Viena donde una exhibición permanente nos plantea la verdad y enseña los actos y masacres que efectuaron los nazis austriacos sin que nadie los parara. Me explican mis amistades que las nuevas generaciones son abiertas y que Viena vuelve a ser una ciudad liberal, intelectualmente activa y se quitó ya esa falsedad.

También sus grandes músicos austriacos o que vivieron en la ciudad son reconocidos (Mahler, Mozart, Beethoven y otros virtuosos) que están presentes en múltiples conciertos. “Viena sigue exhibiendo obras de pintores austriacos como Egon Schiele y Gustav Klimt, además de arquitectura contemporánea que contrasta con los edificios imperiales. Mucha cultura y el río Danubio que la cruza rumbo al mar Negro.”

Me voy satisfecho y estoy gradualmente reconciliándome con esta bella ciudad.

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