Modalidad 40 del IMSS: Lo que debes saber antes de darte de alta

La Modalidad 40 es un régimen especial para los trabajadores en México que les permite cotizar de manera voluntaria al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Conoce todo lo que tienes que saber antes de darte de alta y obtener sus beneficios.

¿Qué es la Modalidad 40 y cómo funciona?

Este esquema permite a los trabajadores aumentar el número de semanas cotizadas y de esta manera incrementar el salario promedio para que al final de su vida laboral tengan una mejor pensión.

A la Modalidad 40, cuyo nombre legal es “Continuación Voluntaria de Régimen Obligatoria”, se le considera el mejor esquema en pensión de México; su objetivo es aumentar el monto de la pensión de una manera considerable, el cual podría llegar hasta 300%, según lo estipulado por la Ley del Seguro Social.

En otras palabras, es una forma de obtener semanas de cotización con cada pago que realicen. Cuando un empleado se inscribe con un salario superior al que cotizaba, tiene la oportunidad de aumentar su promedio salarial.

Lo que hay que saber antes de darte de alta

En 2023, el costo de la Modalidad 40 es de 11.166% del salario con el que la persona se da de alta. Cuando un trabajador se inscribe puede elegir un salario mayor al último con el que cotizó mientras no supere las 25 Unidades de Medida y Actualización (UMA).

Para inscribirse en línea a la Modalidad 40 hay que ingresar a la página oficial del IMSS a la sección “Solicitud de inscripción en la continuación voluntaria en el régimen obligatorio". Se requiere contar con el Número de Seguridad Social (NSS), así como presentar la CURP y un correo electrónico.

Para hacer este trámite de manera presencial es necesario acudir a la subdelegación del IMSS con un escrito solicitando la inscripción con firma o huella digital, además de presentar NSS, CURP, identificación y correo electrónico.

Es recomendable acudir a un experto que guíe al trabajador durante el proceso de registro.

¿En qué casos no conviene la Modalidad 40?

Los casos en los que este esquema no conviene a las personas se relacionan con la densidad de semanas cotizadas, por ejemplo, cuando es muy inferior a las 1,000 semanas no conviene, ya que una inversión topada de dos años no ayudaría suficiente y no sería una buena inversión.

Otra situación en la que no conviene es a aquellas personas que pertenecen a la Ley de Pensiones de 97, ya que los beneficios de este esquema solo son para quienes pertenecen a la Ley 73.