David Páramo

Análisis superior

David Páramo

9 Dic, 2010

¿Por qué no funcionan?

El programa Cetesdirecto no está funcionando como debiera para detonar el ahorro interno, y corre el riesgo de terminar siendo un fracaso como el programa similar que se aplicó en Brasil, que no incrementó ni en medio punto el ahorro interno.

¿El problema son los instrumentos que emite el gobierno federal? ¿No hay confianza en este tipo de papeles? ¿Los mexicanos no necesitan instrumentos de ahorro?

Evidentemente los instrumentos del gobierno federal no tienen ningún problema, puesto que además de ofrecer un muy atractivo rendimiento, especialmente, para las personas de bajos ingresos que hoy están “invertidos” en instrumentos bancarios que dan rendimientos inferiores a la inflación ofrecen el mínimo riesgo.

Sin embargo, el problema fundamental es que una gran cantidad de mexicanos, especialmente a quienes va dirigido el programa de Cetesdirecto, tienen un nivel tan bajo de cultura financiera que no saben qué son o para qué sirven estos papeles. El lanzamiento del programa por parte de la Secretaría de Hacienda, que encabeza Ernesto Cordero, parte de una premisa falsa: Los mexicanos saben qué son los CETES.

Quienes diseñaron la estrategia de comunicación de este programa partieron de la base que los ahorradores mexicanos saben mucho más de lo que realmente conocen sobre cultura financiera. Lo que lleva, nuevamente, a un problema de fondo: la cultura financiera es una grave asignatura pendiente.

Desde hace más de 30 años desaparecieron los Bonos del Ahorro Nacional, cuyas planillas generaron una suerte de cultura de ahorro en el país. Desde entonces la mayoría de los mexicanos han vivido sobre el signo de las crisis, devaluaciones, errores económicos y demás.

Los mexicanos de las generaciones más cercanas recuerdan el error de diciembre y con base en eso han educado a sus hijos. La Condusef fue creada para mediar entre instituciones financieras y clientes; sin embargo, desde que comenzó este sexenio se consideró como una forma de promover la cultura financiera. El trabajo que hace Luis Pazos y su equipo es francamente lamentable en materia de generación de cultura financiera.

Para que el programa Cetesdirecto funcionara tendría que bajarse muchos escalones en las áreas de promoción. No se trata de hablar para expertos financieros o gente que tiene una mediana cultura financiera. Se deben enviar mensajes a la inmensa base de trabajadores quienes tienen ingresos inferiores a ocho mil pesos.

Si el gobierno buscara que este programa funcionara (teniendo como objetivo fundamental lograr tasas de ahorro como las que se lograron en Italia con una estrategia similar) tendría que enviar mensajes de una manera masiva, básicos y con gente verdaderamente popular.

Desde el punto de vista operativo el programa Cetesdirecto tiene también problemas. Creer que los pequeños ahorradores que buscan ser captados por este programa tienen acceso y/o dominio de internet es ser, en el menos malo de los casos, ingenuo.

Por si fuera poco la página www.cetesdirecto.com no es suficientemente rápida o amigable para los usuarios, especialmente aquellos menos expertos.

Un tercer problema es que la red de Bansefi sigue siendo muy pequeña para atraer este tipo de ahorros. Parecería un contrasentido que si el gobierno ha promovido tanto la red de corresponsales bancarios no la esté utilizando para tratar de llegar a este tipo de ahorradores.

Si no se hacen cambios de fondo en la operación de Cetesdirecto, pues terminará siendo otra buena idea del gobierno de Felipe Calderón que no llega a buen puerto por no conocer el terreno en el que se está trabajando.

RENOMBRADOS

A nadie debe sorprender que el ex secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, haya regresado a ejercer como abogado privado y que haya sido contratado, entre otros, por Nextel.

Tampoco que la empresa encabezada por Peter Foyo y el bilioso Gustavo Cantú se haya buscando mejores abogados, puesto que a pesar de sus dichos le había ido bastante mal en los procedimientos legales.

Lo que sí debe sorprender es que Gómez Mont haga afirmaciones públicas que rayan en lo irresponsable sobre la licitación 21 y lo que ha venido sucediendo en el terreno jurídico.

Este hombre siempre se ha destacado por tratar muchos asuntos de una manera mediática en la que busca imponer sus puntos de vista sobre la realidad jurídica. Sus afirmaciones, que no pasan de ser opiniones jurídicas sobre el caso, no tienen una gran validez.

Sin embargo, sí es un tanto incómodo que un hombre que fue parte de quienes diseñaron las bases de licitación impugnadas por todos los participantes en el sector de las telecomunicaciones sea ahora el abogado de esta empresa. Ojo, no es ilegal, pero no es lo más apropiado.