Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

25 Mar, 2011

Niños donando

Doktor Dinero: Cada cierto tiempo en el preescolar de mi hijo se pone de moda que las mamás inviten a la fiesta de cumpleaños de su retoño con una nota al estilo: “Mi hijo decidió donar todos sus regalos, así que les pido de favor que en un sobre cerrado pongan la cantidad que quieran donar”. ¿Es una buena manera para enseñarle a mis hijos a donar? ¿Me aconseja hacer lo mismo?            Gracias, CC

 

Más que admiración por el loable esfuerzo, este tipo de peticiones me dan un poco de risa. Me queda claro que el niño de cinco años no decidió donar absolutamente nada (a estas edades la conciencia de la responsabilidad social todavía no le gana, ni tantito, a la emoción de recibir regalos de cumpleaños). Es, simplemente, una manera para que los papás demuestren en público y ante los ojos de los demás, los buenos valores que les están inculcando a sus hijos. Lo peor es que, después, otros papás copian este ejemplo no queriéndose quedar atrás. Narciso en piel de oveja.

Ahora, uno no es nadie para juzgar la educación financiera que otros deciden dar a sus hijos pero, como profesional en educación financiera, creo que es importante dar consejos reales de cómo, y cómo no, se les debe enseñar a los niños a ser donadores. Entendiendo que, a esta edad, los niños deben aprender a donar no por el monto que aportan sino por crearles un hábito que los incentive a tener una conciencia social de por vida.

La primera regla para criar un donador es que el donar debe ser algo que se sienta, pero que no duela.  Lo que duele no se repite.

El acabar una fiesta sin regalos (sin importar cuántos juguetes ya tengas en casa) no da a los cinco años ningún tipo de satisfacción.

Obviamente, un niño pequeño siempre va a decir que está convencido de la decisión que tomaron papá y mamá respecto a donar todos sus regalos. A esa edad los niños son muy enfáticos en querer cumplir las expectativas que los adultos tienen de ellos (aunque no las compartan o, incluso, no las entiendan). Pero, en realidad, un niño que a esa corta edad se ve obligado/incentivado a regalar todos sus presentes sólo recuerda el mensaje de que donar es algo espantoso.

¿A poco papá o mamá donan todo su sueldo o todo su bono anual o todos sus regalos del día de las madres o de cumpleaños?

Segundo, donar efectivo a tan corta edad limita el mensaje principal de los donativos. Donar implica dejar algo que es necesario/importante para ti a favor del bienestar de alguien que lo necesita más. Los niños tan pequeños no tienen ni el apego al efectivo ni la conciencia real de su valor. Cierto, en términos reales donar efectivo es mucho más provechoso pero el niño no relaciona tan cercanamente su impacto.

Mucho mejor idea es que el niño de edad preescolar o en los primeros años de primaria, reciba regalos físicos y que él decida cuáles de ellos (una parte determinada y no sólo los que no le gustan) quiere compartir con alguna organización que se dedique, de preferencia, a una causa con la que el niño tenga una conexión emocional.

Ahora, conforme los niños crecen el donar efectivo y renunciar a las cosas que se pueden comprar con él es una buena idea, siempre y cuando sea iniciativa del adolescente y que la cantidad del compromiso no los ahogue para que se queden con ganas de repetirlo constantemente. Conforme los niños crecen tienen también que aprender las bases de los donativos inteligentes que implican revisar las finanzas, fines y medios de la organización a la que se dona y deben involucrar no sólo sus bienes materiales sino, también, su tiempo y trabajo.

Por último, debemos enseñar a los niños a donar con el ejemplo del silencio. El donar no se debe hacer por la coba o por el reconocimiento que se obtiene de otros sino por la propia convicción de que se está haciendo lo correcto sin la necesidad de que nadie admire nuestra bondad. Organizar un proyecto familiar privado y sin anuncios a los demás, en donde toda la familia se involucre en aportar fondos y trabajo y a aprender lo que hace la organización es quizá la mejor lección de todas.

Enseñemos a los niños a ser buenos donadores, donadores de por vida comprometidos con las enormes necesidades de un país como el nuestro. No lo hagamos simplemente por satisfacer nuestro ego o por el “reconocimiento” que vamos a obtener en los ojos de los demás. Eso es una payasada.

 

*Especialista en finanzas personales
Doktor Dinero
adina@doktordinero.com
www.doktordinero.com
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