Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

7 Abr, 2011

El gran dilema de los bancos centrales

Uno de los grandes problemas de los bancos centrales, probablemente el más difícil de resolver, está en fijar una tasa de interés que no inhiba el crecimiento, pero que al mismo tiempo, sirva para tener la inflación contenida. El caso que más preocupa en estas fechas es el de Europa. Por un lado, están los países periféricos: Grecia, España, Portugal, Italia e Irlanda, los cuales en mayor o menor medida sufren cuando la tasa de interés sube. Este sufrimiento obedece a que tienen deudas muy abultadas que tienen que pagar, de tal manera que el anuncio de alzas en las tasas de interés, significa que les va a costar más caro el pagar los empréstitos que tomaron, amén de que por tener déficits en cuenta corriente, la tasa de interés les complica la vida, y si no toman medidas draconianas como son la austeridad o el subir impuestos, los niveles de endeudamiento en lugar de bajar seguirán subiendo hasta el límite en que ya nadie les quiera prestar.

Para los países europeos con grandes deudas, la medicina en el pasado  hubiera sido devaluar la moneda y controlar la inflación con una tasa de interés elevada, además el devaluar la moneda permite encontrar nuevamente niveles de competitividad que alientan las exportaciones, el turismo y consecuentemente la generación de empleos; pero eso hoy ya no es posible porque todos los países de la comunidad tienen la misma moneda. Algo que llama la atención, es que pareciera ser que Alemania está a favor de que el Banco Central Europeo incremente la tasa de interés para prevenir la inflación, pero esto viene acompañado de un euro más fuerte; el hecho de que hayamos visto al euro revaluarse con respecto al dólar para llegar el día de hoy a 1.43 euros por dólar, obedece a que el mercado se está anticipando a un alza de las tasas de interés por parte del Banco Central.

Es muy probable que hoy que usted está leyendo esta columna, Trichet esté anunciando esta decisión. Con un euro fuerte y con tasas de interés subiendo, veo muy difícil que los países periféricos puedan evitar una reestructuración de su deuda. Con excepción de España e Italia, yo pienso que Grecia, Irlanda y Portugal no van a poder pagar sus deudas; creo que esto que yo pienso, todo el mundo lo sabe.

Los políticos europeos no son distintos de los políticos de todo el mundo y lo único que están haciendo es atrasar lo inevitable, con lo cual seguramente el costo será mayor. Va a ser muy interesante analizar todo lo que sucede en Europa, económicamente hablando, en 2011. Para Estados Unidos, o en concreto, para la Reserva Federal, el tema de la tasa de interés está un poco menos complicado, aunque también tiene aristas de difícil resolución.  En primer lugar, resulta muy difícil explicar que con la cantidad de dinero que se le inyectó a ese país para sacarlo de la crisis económico-financiera de 2009, la inflación esté tan baja; hay muchas explicaciones al respecto, pero todos coinciden en que tarde o temprano la inflación se va a presentar.

Lo que más preocupa, es que si no se resuelve el tema del déficit en Estados Unidos, las tasas de interés se van a subir a niveles que seguramente provoquen una nueva recesión. No lo estoy pronosticando, pero está en el campo de lo posible, debido, principalmente, a la falta de compromiso que existe entre los republicanos y los demócratas. Baste señalar que su falta de comunicación puede llegar a que el aparato gubernamental cierre sus puertas en fecha próxima, por no haber llegado a acuerdos sobre el presupuesto. En resumen, veo a Europa subiendo tasas y a Estados Unidos manteniéndolas en los niveles actuales, cuando menos hasta septiembre.

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