Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

1 Dic, 2011

Soplan vientos mejores

A partir del lunes de esta semana empezó a cambiar el sentimiento de los inversionistas hacia un tono un poco más optimista. Las noticias buenas se sucedieron una tras otra: Primero se coló el rumor de que en la reunión de ministros, a celebrarse en Bélgica a partir del martes, se propondría un proceso en fast track para los integrantes de la unión monetaria con objeto de modificar los acuerdos de Lisboa, e incluir en ellos que los miembros de esa entidad tuvieran que presentar ante la Comisión Europea sus presupuestos anuales con objeto de asegurar el cumplimiento de las normas fiscales, y que la citada Comisión tuviera derecho de veto; esto traería aparejado un seguro de entre 20% y 30% del valor principal sobre los bonos emitidos por los miembros de la Unión. Con esta medida, lo que se pretendería era disminuir los riesgos de los inversionistas y consecuentemente bajar las tasas de fondeo.

Muchos analistas vieron este proceso como un preámbulo para que en un futuro se pudieran hacer emisiones de eurobonos. Los rumores no han sido desmentidos, y aunque de ninguna manera significan un acuerdo tácito por parte de Alemania para que el Banco Central Europeo garantice las deudas de los países emproblemados, se considera que esta nación ha flexibilizado un poco su postura ortodoxa, en relación a lo que puede o no puede hacer el BCE. Sin más preámbulos, hay que reconocer que la que hoy manda en Europa se llama Alemania.

Después de esta buena noticia, en el caso de México, el banco central comunicó que cancelaba la subasta de opciones, la cual le daba derecho a comprar 600 millones de dólares al mes del mercado; y por el contrario, se puso en operación un mecanismo que ya se había utilizado en el pasado, que consiste en que Banxico subastará 400 millones de dólares diarios, dos centavos arriba del precio del cierre anterior. Con estos procedimientos Banxico lo que pretende es tener un mercado de cambios ordenado y tratar de quitarle aspectos de carácter especulativo que habían provocado variaciones de la cotización del peso contra el dólar, a todas luces, exageradas.

Por último, en la madrugada del miércoles nos enteramos de una acción coordinada por los principales bancos centrales del mundo –Reserva Federal, Banco Central Europeo, Banco de Japón, Banco de Inglaterra, Banco Central Suizo– que tienen por objeto inyectar liquidez al sistema financiero mundial, reduciendo 0.5% el costo de fondeo en dólares.

Las medidas mencionadas cambiaron el signo de los mercados. Durante estos días ha habido avances notables que prácticamente recuperan la racha negativa de las últimas semanas. Para México, la Bolsa de Valores ha tenido un alza importante, cerrando ayer a 36 mil 829 puntos, lo que significa un incremento de 6.5% con respecto al cierre del viernes. Lo más relevante es que con las medidas adoptadas por el Banco de México, el tipo de cambio interbancario del peso con respecto al dólar bajó de 14.21 que fue el cierre del viernes a 13.66 pesos al cierre de ayer, que resulta en una revaluación de cuatro por ciento.

Sin querer ser aguafiestas, todo lo anterior son magníficas noticias, las cuales nos indican que cuando hay voluntad de hacer las cosas, éstas tienen solución; sin embargo, el tema europeo está muy lejos de resolverse, pues estas medidas son una medicina importante para el dolor, pero no tienen la solución para la cura. Es indispensable que los países endeudados actúen con prisa en sus programas de reestructuración y también, hay que decirlo, que Alemania flexibilice su postura en el Banco Central Europeo, permitiéndole actuar con facultades de una manera mucho más amplias, tal y como lo hace, por ejemplo, la Reserva Federal de Estados Unidos.

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