Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

2 Ene, 2012

Palancas

April Fool’s Day es el equivalente en Estados Unidos y otros países a las bromas del Día de los Inocentes. Ya es una tradición que en esa fecha los sitios especializados en tecnología presenten ofertas de innovaciones para despistados que son, en el mejor de los casos, sólo un bonito deseo.

En 2010 el engaño más recordado corrió a cargo del sitio ThinkGeek, que inventó (en el sentido más creativo de la palabra) un falso gadget llamado iCade para nostálgicos de las salas de maquinitas de los años 80. Se trata de una reproducción a escala en madera de una máquina tragamonedas, con una palanca de esfera y botones rojos que emulan en el iPad ese antiguo entretenimiento que hacía perder el tiempo en las farmacias. Para subrayar la intención humorística, uno de los títulos mostrados en las falsas ilustraciones del chiste es Donkey Kong Jr., clásico  ochentero que, al igual que todas sus secuelas de Mario Bros, jamás ha estado en otra plataforma que no sea la japonesa Nintendo.

Buena parte de que la broma tuviera un impacto descorazonador es el hecho de que, con todo y las innegables virtudes de la tecnología touchscreen, la experiencia más plena de videojuego sigue requiriendo de controles físicos. Aun los más fanáticos y entusiastas seguidores de la tablet de Apple lamentan que una parte significativa de la pantalla sea ocupada por los botones virtuales. Si bien los simuladores de autos ofrecen gráficos que nada le piden a clásicos como Gran Turismo, por poner un ejemplo, la sensación de conducir un bólido es más real con un mando en forma de volante o un dual shock vibrante que inclinando la tablet al ritmo que marque el acelerómetro.

Tampoco ayuda que los botones virtuales no generen ninguna sensación al momento de “oprimir”, lo cual obliga a mantener todo el tiempo la vista sobre el iPhone o el iPad, haciendo que la capacidad de reproducir el contenido de la pantalla táctil en un monitor de televisión tenga muy poco de disfrutable. En este contexto, para quienes sufren por tener dedos gordos, al menos Logitech ha creado una suerte de colchón de plástico que se adhiere al iPad por medio de ventosas, y cuya experiencia de juego ha recibido de los adictos al videogame la señal con dos pulgares arriba.

Al poco tiempo resultó que iCade dejó de ser broma para convertirse en un producto real. La firma Ion desarrolló un artefacto que, conectándose al iPad mediante Bluetooth, podía adaptar un joystick a algunas apps, en particular a la colección de viejos juegos de Atari 2600 y sus equivalentes en versión arcade, funcionando en forma análoga a la de un teclado inalámbrico. Un artilugio que en algún sentido se contrapone a la idea original de Steve Jobs para el iPad de prescindir de accesorios externos, como las antiguas plumillas de las Palm.

Como muestra de ingeniería, iCade es una idea formidable, cuyo aprovechamiento podría ir mucho más allá de resucitar la pasión por Asteroids o Missile Command tal y como los proyectaba el Atari 2600. Simplemente piénsese la misma función en aplicaciones productivas o utilitarias. Sin embargo, a casi un año de estar a la venta en almacenes en Estados Unidos, iCade parece un objeto de culto, una monería sólo apta para geeks extremos.

Buena parte de que así sea tiene que ver con el hecho de que los fabricantes del iCade parecen más preocupados en explotar la nostalgia de sus usuarios que los atributos técnicos del producto. Se comercializa en una caja enorme que no facilita su venta y envío a otros países vía Amazon. Mucho de ese espacio sirve para dar prioridad al cascarón, que es, en el mejor de los casos, una gracejada que dura apenas un minuto. Y su dependencia de baterías externas tampoco es amigable con la necesidad de ahorro de energía a la que obligan los nuevos tiempos.

Con todo, esta vacilada hecha realidad tiene todavía muchas vidas extra. Ya Atari, en asociación con Discovery Bay, creó su propio joystick, sin necesidad de pilas, mucho más elegante y minimalista, y 30% más económico que el original. Una auténtica palanca de desarrollo de aplicaciones en móviles que puede hacer ver a sus creadores como unos auténticos inocentes.

*marco.gonsen@nuevoexcelsior.com.mx