Colegio de Contadores Públicos de México A.C.

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9 Ene, 2012

Admiro a los ciudadanos que

Nuestra participación ordenada y bien orientada será la piedra angular para cambiar lo que haya que cambiar en nuestra ciudad o municipio, nuestro estado y nuestro país; de abajo hacia arriba, de lo cercano a lo lejano, con visión de largo plazo y acción inmediata.

Ciudadanos maduros y responsables, ciudadanos de alta intensidad y debidamente organizados exigiremos dirigentes maduros y responsables que trabajen en busca del bienestar de la sociedad mexicana.

Dirigentes y ciudadanos conscientes y bien preparados mejoraremos la calidad de la educación en las escuelas de nuestra comunidad, atraeremos inversiones capaces de generar empleos de calidad y abatir con ello la pobreza, erradicaremos la corrupción y la violencia, optimizaremos los recursos disponibles en favor de los legítimos intereses de la sociedad y lograremos lo que a simple vista parece imposible: cambiar nuestra actitud y abatir el déficit de ciudadanía que padecemos.

Es por todo esto que…

Admiro a los ciudadanos que hacen una fortuna con base en su esfuerzo, honradez y ética, como esencia de su actividad, y que utilizan esa riqueza en beneficio de sus semejantes y toman de ella sólo lo necesario para tener una vida digna en el medio donde se desenvuelven.

Admiro a los ciudadanos que tienen tiempo para sus hijos, pareja, amigos y no sólo para su trabajo.

Admiro a los ciudadanos que incluso sabiendo que pueden hacer muy poco, nunca dejan de hacerlo y están conscientes de que, juntando sus “pocos” y organizándolos, pueden lograr todo lo que se propongan.

Admiro a la gente que cuestiona y presiona a sus mandatarios y representantes para que pongan al ciudadano en el centro de sus decisiones, a quienes se involucran y apoyan las políticas públicas que favorecen a la ciudadanía, al que exige en su localidad el máximo desarrollo generador de empleos dignos, calidad en la educación para todos, el abatimiento de la corrupción y la impunidad; a quien no acepta que sus gobernadores y mandatarios actúen como virreyes, endeudando y corrompiendo lo que está a su alrededor, ni acepta pretextos para abatir la violencia mediante una policía eficaz, coordinada, honesta y bien preparada.

Admiro a los ciudadanos que exigen sus derechos, pero cumplen también con sus obligaciones, que no corrompen y evitan que otros corrompan, que razonan su voto antes de depositarlo en la urna, que participan en los consejos escolares para exigir educación de calidad, que no tienen temor a denunciar a los servidores públicos voraces y corruptos, que utilizan toda la tecnología moderna para comunicarse con sus semejantes, denunciar y proponer, que se oponen a los monopolios públicos o privados, a las prácticas monopólicas y también a los poderes fácticos de los sindicatos públicos que se apoderan de la riqueza de nuestras empresas públicas.

¡Sí! Esos ciudadanos valientes y comprometidos que intentan cambiar para bien a su municipio, su estado y su país, y que, al mismo tiempo, son ejemplo de lo que predican, son a los que yo admiro.

Este artículo refleja la opinión del autor y no necesariamente del colegio.
*Ex presidente del Colegio de Contadores Públicos de México.
Periodo 1976-1978.
relacionespublicas@colegiocpmexico.mx

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.