Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

24 May, 2012

México y la crisis europea

En este mundo globalizado, sería impensable que lo que está sucediendo en Europa no tuviera efectos sobre México; sin embargo, éstos han sido muy benignos debido a que las circunstancias que hoy se dan en nuestro país, nos han permitido enfrentar la crisis europea sin mayores sobresaltos.

Para ser más claro, quiero resaltar que nuestra patria atraviesa por uno de sus mejores momentos de estabilidad en las últimas décadas; llevamos 15 años de disciplina fiscal, lo que quiere decir finanzas públicas sanas. En la segunda parte de su gobierno (sus últimos tres años) el presidente Zedillo implementó estrategias financieras y económicas centradas en no incurrir en déficits fiscales, esto quiere decir que su gobierno no gastó más de lo que recibió; afortunadamente la misma conducta se siguió en la administración del presidente Fox, encabezada por su secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz.

En los cinco años y medio que lleva el presidente Calderón, su administración tampoco se ha gastado más de lo recibido. La enorme consecuencia de todo esto es que en 15 años, México pasó de ser un país inestable, en lo financiero y sobreendeudado, a una nación que hoy día es de las que menos dinero debe.

La deuda total del gobierno mexicano, interna y externa, no representa más de 33% del PIB –esta proporción nos hace ver como uno de los países menos endeudados en el mundo–; baste recordar que las naciones europeas, en promedio, tienen deudas que están por encima de 70% del tamaño de su economía, con extremos como Grecia, que llegó en este porcentaje a 160% e Italia que actualmente tiene 120 por ciento. Pero esto también es cierto tanto para Estados Unidos como para Gran Bretaña; y no se diga en el caso de Japón.

Por todas estas razones el impacto de la crisis europea sólo nos ha pegado en el tipo de cambio, que se ha movido en forma adversa de 13.00 a 14.00 pesos por dólar.

Tengo la convicción de que cuando las aguas tomen su nivel, en el caso europeo, lo cual probablemente sucederá  en el tercer o cuarto trimestre de este año, el peso tenderá a recuperar valor contra el dólar norteamericano y es muy probable que pueda llegar nuevamente a los 13.00 por dólar.

Un factor que me preocupa es, que si la crisis europea se agrava, esto pudiera colapsar a las instituciones financieras de ese continente y dicho efecto sí lo podríamos sentir en México porque restringiría la liquidez mundial, cuando menos, durante algún tiempo hasta que se resuelva la crisis.

Los bancos mexicanos, aunque están bien capitalizados, podrían resentir las consecuencias de una pérdida de liquidez en el entorno internacional tal y como sucedió
en 2009.

Por todo lo anterior, es de nuestro interés que el problema de deuda soberana en Europa tenga una pronta y saludable solución, para lo cual será indispensable que el Banco Central Europeo flexibilice la posición que ha mantenido hasta hoy, la cual le ha impedido comprar decididamente bonos soberanos de los países sobreendeudados, provocando con esa timidez dudas sobre la solvencia de países como España e Italia. A largo plazo, la permanencia del euro sólo se dará si existe un pacto fiscal en Europa que visualice la mutualización de sus deudas; es decir, que los 17 países que componen la eurozona avalen en conjunto las deudas del continente.

Qué bueno que México tiene una posición financiera envidiable, aunque no hay que bajar la guardia porque como ya lo comenté, los coletazos de la crisis en Europa nos pueden lastimar.

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