Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

13 Ago, 2012

La economía mundial sigue en desaceleración

Como en pocas ocasiones, el mundo ha mostrado con tanta claridad su cara globalizada como en la intensificación de la recesión que se expande a los principales países desarrollados, por la necesidad que tienen de una masiva reducción de su gasto, por haber llegado súbitamente al límite.

La primera economía —Estados Unidos— avanza en su desaceleración, como lo refleja el incremento en su tasa de desempleo y la disminución en la actividad económica en el cuarto trimestre del año en curso, misma que, se estima, continuará en 2013 y hasta que sus fundamentos económicos y financieros se corrijan o se absorban con el tiempo.

Estados Unidos había estado gastando en exceso, no por los ingresos de la exportación de su producción de bienes y servicios, sino gracias a su capacidad de imprimir billetes dólar más allá de la disposición del resto del mundo de absorberlos, hasta que China y otros le pusieron un “hasta aquí”. Habían tragado más dólares de los que podrían gastar, en muchos años.

Luego, también Europa se resquebrajaba. La Unión Europea ha vivido intensos momentos de volatilidad en todos sus indicadores, donde España, Italia y Grecia siguen sin poder salir de los graves desequilibrios financieros que les han requerido políticas económicas duras que amenazan con graves confrontaciones sociales. Porque adicionalmente, Francia y Portugal también se encuentran cerca del mismo precipicio económico.

Ese cuadro político-social ha puesto en peligro hasta la continuada existencia del mercomún europeo, con su moneda única, el euro, porque las políticas de ajuste estructural que han tenido que aplicar, para cumplir con los requerimientos de vivir con esa decisión —como disminución de salarios y prestaciones sociales— han provocado violentas movilizaciones y huelgas.

El problema de dichos países europeos surgió como consecuencia del abuso que hicieron de la capacidad de compra que el euro les dio, hasta que los otros países miembros de la comunidad, los austeros y bien portados, Alemania, Holanda, los nórdicos y otros, declararon que no podrían ellos seguir financiando esos despilfarros.

De ahí la necesidad de aplicar políticas de ajuste estructural, hasta no cubrir con los ingresos de la exportación de su producción de bienes y servicios, los  gastos que efectuaron con su capacidad real de compra.

El problema es complejo. Los efectos recesivos que esas políticas están generando en el mundo nos afectan a los demás.

De ahí que México tendrá que asumir ahora su propia responsabilidad, de generar más ingresos internos, porque por algún tiempo no podríamos gozar de tantos ingresos provenientes de las exportaciones a Estados Unidos, y a los europeos en suficiente cuantía como para crecer a seis por ciento a tasa anual.

De ahí los planteamientos de Enrique Peña Nieto, en los que propone acciones concretas e inmediatas para atender esas deficiencias.

Tenemos que ir más allá, en materia económica, que los planteamientos pasivos de los neoliberales del gobierno de Felipe Calderón, que dejaban toda responsabilidad de los ajustes “al mercado”.

Éste es el momento de promover el mercado interno, y para ello debemos encontrar la forma de elevar los ingresos de los mexicanos, para que puedan comprar lo que produzcamos.

Ése siempre fue el deseo de los que quisimos que hubiera un mercado interno de mayor dimensión.

Ahora es una necesidad. Si no, tendríamos que languidecer en la mediocridad y en la pobreza.

Pero todo ya cambió. Ahora tendremos un gobierno que sabrá actuar con responsabilidad a favor de los intereses de los mexicanos.

*Presidente Nacional del Colegio
Nacional de Economistas
@acanovelez