Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

26 Nov, 2012

Vita

Descendiente de una dinastía que durante cuatro siglos se dedicó a la fermentación de sake, Akio Morita, nacido en 1921, parecía destinado a continuar el negocio familiar. Estudiante de matemáticas y de física en la Universidad Imperial de Osaka, empleaba sus ratos libres o vacaciones en aprender los rudimentos de la empresa que iba a heredar, aunque su entretenimiento favorito era desmontar y volver a armar el tocadiscos casero.

Enrolado en la Marina después de graduarse en 1944, Morita hizo amistad con Masaru Ibuka, un ingeniero 13 años mayor que él, apasionado por igual de la tecnología que, en el contexto de una economía devastada por la Segunda Guerra Mundial, fundó una pequeña empresa dedicada a la reparación de aparatos de radio.

Morita e Ibuka unieron fuerzas en 1946 y fundaron una compañía llamada Tokyo Tsushin Kogyo, que sobrevivía componiendo artefactos, pero al mismo tiempo se dedicaba al desarrollo de nuevos productos. La primera de sus innovaciones fue una olla automática para cocinar arroz, que si bien no tuvo mucho éxito, sí marcó la tendencia que los dos emprendedores querían imprimir a la nueva compañía.

Morita, más admirador de la cultura occidental, fue pionero junto con Ibuka en el diseño de una empresa global que trascendiera fronteras, décadas antes de que este concepto se pusiera de moda, en Silicon Valley. Con esa convicción rebautizaron a su flamante compañía con el nombre de Sony, que encerraba una doble connotación: la palabra latina sonus, que significa sonido, y la inglesa sonny boy, una locución estadunidense que según la base de datos WordNet, de la Universidad de Princeton, es una forma familiar de llamarle a un niño.

Llamada Sony Corporation a partir de 1958, la marca se ha consolidado desde entonces como símbolo de innovación, que cuenta entre sus aportaciones la radio de bolsillo, la tecnología trinitron (primera transmisión de televisión en color de alta calidad), las grabadoras de video, el disco compacto y el blu-ray.

Instalada en Estados Unidos desde 1960, Sony fue también visionaria en la creación de canales propios para la distribución y venta de sus productos. De hecho, el propio Morita se mudó con su familia a ese país con esa convicción y logró un año después que ofreciera acciones en la Bolsa de Nueva York. La adquisición de la disquera CBS y de la productora fílmica Columbia Pictures convirtieron a Sony en una empresa global de entretenimiento que igual ha incursionado en la telefonía celular que en los videojuegos.

En diciembre de 1994 salió al mercado la PlayStation, producto de una ruptura de Sony con Nintendo, para la cual había trabajado el desarrollo de una consola que usara CD-ROM en lugar del tradicional cartucho. Desde entonces, ambas marcas se han peleado por la preferencia de los gamers, en un escenario cada vez más reñido por la fuerte competencia que han representado el Xbox de Microsoft y, más recientemente, los dispositivos móviles con sistemas iOs y Android.

La más reciente batalla en la arena de las consolas no parece que vaya a durar más allá del primer round. Nintendo acaba de sacar al mercado su más reciente criatura, el Wii U, justo cuando varias voces parecen vaticinar la muerte prematura del PlayStation Vita, que en un año de existencia ni siquiera ha podido competir con el 3DS.

“Atroz” es el adjetivo utilizado en un artículo publicado el pasado viernes en el sitio web de la revista Forbes para describir las pobres ventas del PS Vita en su natal Japón, donde difícilmente rebasará las 700 mil unidades, insuficientes para sostener su viabilidad.

Un largo artículo publicado en el sitio www.gamesindustry.biz pareciera tratar de dar respiración de boca a boca a un dispositivo que, a pesar de llamarse “vida” en latín, pareciera haber nacido con un pie en la tumba, al no aportar ninguna prestación tecnológica adicional a la que ya tienen los smartphones que justifique para el usuario desembolsar otros 250 dólares.

Una de las fórmulas sugeridas en el artículo ya está en marcha, aunque pareciera demasiado tarde: la apertura de la consola a programadores independientes para que desarrollen títulos creativos y a la vez económicos, un esquema que ya funciona en tablets y al que llega tarde Sony, la misma firma que cambió al mundo con el walkman y el discman pero fue incapaz de sobreponerse al knock out que le propinó el iPod.

 marco.gonsen@gimm.com.mx