Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

10 Dic, 2012

The Daily

De acuerdo con los cánones del periodismo clásico, un medio sólo es competitivo si es capaz de publicar una noticia lo suficientemente buena que obligue al resto de sus competidores a seguirla. No fue el caso de The Daily, medio digital que sólo fue citado por la prensa hace casi dos años, con motivo de su espectacular lanzamiento, y el lunes pasado, cuando se dio a conocer su abrupta desaparición.

Producto de una singular colaboración entre dos personajes disímbolos, Rupert Murdoch y Steve Jobs, The Daily levantó una fuerte expectativa al ser presentado en febrero de 2011 como el primer periódico diseñado exclusivamente para iPad, en un momento en el que este dispositivo era considerado como la tablita de salvación para la industria periodística forjada en papel, en declive desde hace algunos años.

En realidad, buena parte del interés que generó el proyecto en sus primeros días residía en que fue considerado como otra innovación más del fundador de Apple que estaría llamada a renovar el periodismo.

Mucha de esta atención inicial se esfumó cuando el periódico digital quedó más identificado con el dueño del polémico canal Fox News y del desaparecido diario briático News of the World. Así quedó de manifiesto el día del lanzamiento de The Daily en el Museo Guggenheim de Nueva York, al que sólo asistió Murdoch.

Si uno se atiene a la versión que ofrece el biógrafo Walter Isaacson, The Daily fue en realidad un proyecto sostenido más por el entusiasmo de Murdoch, quien incluso llevó a Cupertino un equipo para presentarle a Jobs el diseño del que sería una alternativa para lograr, por fin, un modelo exitoso para que los usuarios, acostumbrados a consumir noticias gratis en internet, pagaran por información de calidad.

En el planteamiento inicial, The Daily —que significó una inversión de 30 millones de dólares— sería rentable con una base mínima de 500 mil suscriptores, que pagarían 99 centavos de dólar semanalmente. En febrero pasado sólo se había alcanzado la cifra de 100 mil abonados, según reveló al sitio Poynter.org el editor Greg Clayman, quien pidió paciencia al recordar que un medio de información tarda de cinco a siete años en cuajar.

Pero el que no tuvo paciencia fue Murdoch, quien anunció hace una semana que The Daily dejará de publicarse el próximo día 15. No fue algo inesperado: en julio, News Corporation se vio obligado a confirmar la versión, adelantada por la página allthingd.com, del despido de 50 empleados, una tercera parte del staff de The Daily, además de otros recortes en el soporte técnico, que derivaron en que la publicación dejara de utilizar el acelerómetro del iPad y sólo pudiera leerse en formato vertical.

¿Qué hacía diferente a The Daily de otros periódicos digitales? Como suscriptor de ese medio prácticamente durante toda su breve existencia me basaré en mi propia experiencia de usuario para explicar por qué veo como virtud lo que para muchos blogs era un defecto.

De entrada, me gustaba que no se propusiera ser un sitio de noticias en tiempo real ni un agregador de información generada por otros. Su formato era el de un auténtico periódico tradicional (aunque gráficamente se asemejaba más a una revista) que sacaba provecho de todos los recursos audiovisuales que ofrece el iPad. Las portadas y textos recurrían con frecuencia a imágenes e infografías animadas y las notas no se desplegaban en largos scrolls, como la mayoría de publicaciones diseñadas para tablets.

Tan innovadora presentación tenía dos inconvenientes: el periódico se cargaba con una lentitud desesperante, y en los primeros meses era frecuente que la aplicación tronara. Y, en segundo lugar, el estar constreñido a leerse dentro del iPad le restaba posibilidades de expandirse e influir. De poco servía que se compartiera la información vía Twitter si, por ejemplo, la información sustantiva estaba en los espectaculares gráficos animados, y éstos sólo eran visibles mediante el software de la tablet.

Con una oferta editorial a medio camino entre The Wall Street Journal y The New York Post, The Daily logró volverse entrañable para muchos de los suscriptores que acompañaban el desayuno con su lectura. Sus testimonios, dejados a petición del propio medio, podrían ser tomados en cuenta para futuras aventuras que combinen la sofisticación tecnológica con la clásica emoción de cuando las noticias llegaban enrolladas entre las fauces de un perro.

marco.gonsen@gimm.com.mx