Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

24 Dic, 2012

Toques

Texto de consulta indispensable en la carrera de Comunicación, el Diccionario de Retórica y Poética de la profesora Helena Beristáin define las funciones del lenguaje con base en el esquema clásico emisor-mensaje-receptor; dos de ellas son básicas para cerrar el circuito: la primera es la función conativa o apelativa que, en palabras de Beristáin, “constituye un toque de atención para el que escucha, una llamada para que comprenda el mensaje y así poder actuar sobre él, influir en su comportamiento”.

La segunda es la función fáctica, que se da cuando el receptor hace contacto con su interlocutor para confirmar que la comunicación transcurre fluida. No siempre se ejerce con frases o palabras que tengan sentido por sí mismas. Basta decir un “ajá” para que la persona que nos habla sepa que la estamos escuchando, como ocurre en las conversaciones telefónicas.

Ambas funciones constituyen la base teórica del más inútil e incomprensible atributo de Facebook, existente desde su fundación en 2004, que es el poke: un botón que, en palabras del propio Mark Zuckerberg, no tiene un propósito específico y fue incluido para que los usuarios le dieran la interpretación que quisieran. Aunque se le ha comparado con el “buzz” de los antiguos messengers, ni siquiera tiene la gracia de agitar la pantalla.

Si de lo que se trata es de hacer amigos, la palabra poke, al menos en su acepción original sajona, no es del todo gentil: el diccionario Collins la traduce como “empujón”, “empellón” o “codazo”. Incluso, otro de sus significados está más ligado a la idea de atizar la lumbre y una famosa locución sajona, “pig in a poke”, remite a una trampa que en lengua española se traduce como “dar gato por liebre”.

No extraña, por tanto, que en la versión en español de la red social poke fuera traducido por el mucho más amigable “dar un toque”, aunque en el contexto latinoamericano la frase no amarre del todo con la idea de llamar la atención amistosamente. Más que a un guiño, remite más bien a cuando una persona está en la fila del banco y toca con el dedo a otra que va adelante, con la intención de que avance.

La sección FAQ (preguntas frecuentes) de Facebook tampoco arroja muchas luces sobre la utilidad de un toque, más allá de sus funciones conativas o fácticas: simplemente consigna que “se puede emplear para una serie de cosas; por ejemplo, puedes dar un toque a tus amigos a modo de saludo”.

Por todos estos motivos, resulta extraño que, no siendo una de las funciones más populares o usadas como el “like”, el toque no sólo haya sobrevivido a todos los incómodos rediseños de Facebook, sino que incluso ya cuenta con una aplicación para iOS, lanzada el pasado 21 de diciembre.

Facebook Poke tampoco cuenta con una descripción muy explícita en la App Store: sólo dice: “toca a tus amigos para compartir momentos divertidos o sólo para saludar”. Aunque líneas abajo viene lo interesante: “elige cuánto tiempo pueden verlo”.

Se trata, en realidad, de una copia de una aplicación de mensajería de rápida y creciente popularidad: Snapchat, que recupera en los hechos aquella frase típica de las parodias de las películas de agentes secretos: “Este mensaje se autodestruirá en diez segundos”. Así, de esta forma es posible enviar textos o imágenes comprometedoras que se eliminan en segundos, sin dar oportunidad a que se viralicen en la red.

Facebook Poke no alude a las posibilidades de sexting, pero sí explota el hecho de contar con una base de millones de usuarios que se comunican por medio del iPhone. Sólo se pueden enviar mensajes de 120 caracteres máximo y no se permiten usar fotos o videos del carrete, sino que deben ser tomadas en el momento del envío. El mensaje permanecerá en el teléfono del receptor durante uno, tres, cinco o diez segundos, tiempo suficiente para que obtenga una captura de pantalla, aunque, de ocurrir así, el emisor recibirá un aviso, de tal manera que el stalkeo no pase inadvertido. 

Es tal el interés del propio Zuckerberg en su nueva apuesta que incluso, según el sitio TechCrunch, prestó su voz para una de las alertas pregrabadas de notificación de la app que fue diseñada en tan sólo 12 días. Lo que no se sabe aún es cómo capitalizará publicitariamente esta nueva herramienta, carente aún de anuncios. A menos que estos se hayan autodestruido en los primeros diez segundos.

marco.gonsen@gimm.com.mx