Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

11 Feb, 2013

Malos augurios para la economía mundial por los desacuerdos entre los países industriales

Las persistentes diferencias entre los jefes de Estado y de gobierno en Europa y los líderes de los partidos políticos en Estados Unidos no auguran bien para la economía mundial, que se ve amenazada por la recesión europea que continúa y el “precipicio fiscal” que cierne sobre Estados Unidos por diferencias entre los dos principales partidos políticos.

La semana pasada sesionaron los europeos para negociar, una vez más, el presupuesto plurianual de la Unión Europea para el periodo 2014-2020, que presentará el Consejo Europeo (CE). En noviembre pasado fue rechazada su propuesta, de manera que continuaron las reuniones bilaterales en busca de consensos.

El presidente del CE, Herman Van Rompuy, tenía la idea de proponer un presupuesto de 958 mil millones de euros, o sea, un recorte de 95 mil millones de euros sobre el plan inicial de la Comisión Europea y de 15 mil millones sobre la última propuesta de noviembre pasado.

Pero algunos países aportadores netos como Reino Unido y Alemania quieren rebajar todavía más esa cantidad hasta una cifra más cercana a los 945 mil millones. De manera que todo apunta a que las negociaciones estarán en algún punto cercano entre esa cifra y la anterior.

Todo eso tiene que ver con la necesidad, ahora acordada entre todos, de que para garantizar la supervivencia del euro como moneda común tienen que entrar a acordar el tema fiscal, que no se había integrado anteriormente y que causó serias dificultades entre esos países.

Y el problema ahora es que las medidas propuestas por Alemania de propiciar equilibrios en las finanzas públicas de los países han tendido a fortalecer al euro quizás en exceso, dañando los objetivos de exportación de algunos países de la comunidad europea.

Podemos apreciar, pues, que como cualquier país que tiene que modular sus políticas fiscal, monetaria y otras para propiciar los resultados deseables en los precios, actividad económica y las cuentas externas, la decisión ahora está siendo sujeta a una negociación entre un número importante de países, en la que cada uno busca con esas políticas fortalecer su economía, empleo y sus cuentas externas.

Alemania, por ejemplo, ha insistido en que “reine la planificación, que sean rigurosos con el dinero y a la vez solidarios entre los pagadores netos y países receptores”. Luego Francia, por su parte, “no apoyará presupuestos que no tengan en cuenta el crecimiento y la solidaridad. Está consciente de que hay que ahorrar, pero no hay que
debilitar la economía”.

Pero el primer ministro inglés dice que “no habrá acuerdo a menos que haya nuevos recortes sobre la última propuesta del presidente del Consejo Europeo en la cumbre del pasado mes de noviembre”. Y el italiano quiere un acuerdo en que se logren dos características fundamentales: “ser coherente con la prioridad de dedicar el gasto al crecimiento y que el presupuesto sea justo en la distribución entre
los países”.

Mientras tanto, nuestro gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, teme que se esté formando una “tormenta perfecta” por la inyección de liquidez financiera a los mercados, de parte de los bancos centrales de los países industrializados, misma que se esté concentrando en las economías de los que están en desarrollo, por los bajos rendimientos en sus países sede.

Esperemos el desenlace, pero estemos también listos, de ser el caso, para tomar medidas en la dirección que mejor convenga a México.

Fe de erratas

En la columna anterior se escribió: “El senador Manlio Fabio Beltrones”, cuando debió escribirse: “El diputado Manlio Fabio Beltrones”.

Disculpas a nuestros lectores.

Presidente del Colegio Nacional de Economistas, Federación de Colegios de Economistas, A.C. *
@canovelez