Lo que no se ha dicho de la reforma financiera

Finalmente entre lunes y martes, se filtró a los medios una gran cantidad de información en relación a lo que pudiera incluir la reforma financiera que va a presentar próximamente el secretario de Hacienda.

Es una lástima que se haya cancelado la presentación oficial de esta reforma que había sido programada para el martes de esta semana y que el motivo hayan sido las diferencias políticas surgidas en el Pacto por México, a raíz de las denuncias que hizo el PAN en relación a la intervención de la Sedesol en conjunción con el gobierno de Veracruz con fines electorales.

Más allá de la preocupación política que lastima el pacto, me inquieta que pudiera tener efectos negativos en el terreno de las reformas económicas pendientes tan necesarias para el país.

Esta reforma financiera me parecía muy relevante, toda vez que aparentemente el propósito de la misma tenía un sentido positivo, en beneficio de los usuarios del sistema financiero.

Dentro de los aspectos más relevantes seguramente buscará el incentivar a la banca nacional a que preste más y a mejores tasas; es cierto que si se compara la derrama crediticia en México contra algunos países latinoamericanos similares o con los países miembros del a OCDE, los porcentajes de participación del crédito en la actividad económica mexicana son mucho más bajos.

Esto pudiera obedecer a varios factores, pero el más importante desde mi punto de vista, es que a pesar de que las instituciones de crédito mexicanas –que están muy bien capitalizadas–, los grandes bancos actúan con mucha cautela porque en el ambiente financiero quedan cuestiones por resolver; una de las más importantes es que no hay certeza jurídica en las controversias que tienen los bancos con sus clientes y por eso los banqueros piden tribunales especializados para ser más expeditos los procesos judiciales.

No es novedad tan sólo para dar un ejemplo, que en el sector hipotecario, si un cliente deja de pagar su hipoteca el proceso para que la institución que la otorgó pueda recuperar el inmueble toma demasiado tiempo (cerca de dos años).

Asimismo, los banqueros también exigen que se cree un buró de crédito universal para poder conocer el nivel de apalancamiento de los solicitantes de crédito; al día de hoy existen muchas instituciones que prestan dinero, por ejemplo contra el pago de nómina, y este tipo de créditos no quedan registrados en ningún lado.

Para un banquero es clave el poder calcular la solvencia de sus clientes.

En defensa de los usuarios, la propuesta seguramente traería algunas limitaciones para los bancos en relación a cobros de comisiones ya que existe una impresión generalizada de que el sistema en ocasiones ha abusado en este renglón.

Un capítulo relevante es fortalecer y transformar las leyes orgánicas de los principales bancos de desarrollo del país como Nacional Financiera, Banco Nacional de Comercio Exterior, Banco de Obras y Servicios Públicos entre otros, para que con programas de garantías, suavicen los riesgos que asume la banca comercial al dar créditos a la pequeña y mediana industria.

Se supone que los bancos tendrán que hacer un esfuerzo para incrementar los niveles de bancarización a nivel nacional ya que existen todavía muchas poblaciones que no cuentan con servicios financieros.

Así las cosas, yo espero que pronto salga esta reforma, que si está bien planteada, tendrá beneficios para todos.

Para finalizar, quisiera enfatizar el hecho de que ojalá y no se trate de impulsar el crédito por decreto porque esto podría tener graves consecuencias en la solvencia de los bancos; además hay que recordar que gracias a la prudencia con la que se manejó la banca en años pasados, ninguna institución mexicana enfrentó grandes problemas ante la crisis financiera de 2008 en la cual prácticamente podemos decir que el sistema bancario estadunidense quebró, en tanto que los bancos mexicanos aun siendo filiales de instituciones extranjeras seriamente lastimadas, no se enfrentaron a situaciones catastróficas.