Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

6 Jun, 2013

Mayo fue un mes muy complicado

Para los mercados financieros del  mundo mayo fue un mes muy complicado, pero sobre todo para los de renta fija que es en donde más dinero hay invertido. En el caso de México, todos aquellos que tenían inversiones en bonos de tasa fija a largo plazo, ya sea como tenencia directa o a través de sociedades de inversión, tuvieron pérdidas importantes en el mes de mayo. Simplemente para dar un ejemplo, los bonos emitidos por el gobierno mexicano a diez años de plazo bajaron 6.3% de precio en el mes y los de 30 años de plazo, tuvieron una baja de 13.3% en tan sólo esos 30 días.

El efecto para los bonos norteamericanos fue similar, aunque no tan dramático, ya que por ejemplo los treasury bills emitidos por el gobierno norteamericano a diez años de plazo bajaron un poquito más de tres por ciento.

Las razones que impulsaron las pérdidas y bajas de precio de estos instrumentos fueron básicamente dos: la primera es que la tasa de interés de los bonos norteamericanos a diez años de plazo se incrementó en tan sólo 30 días, de 1.67% al 2.15%, y la otra, que en la última comparecencia del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ante el Senado de su país, dejó ver que los estímulos monetarios usados por la Reserva Federal para reactivar  la economía, podrían empezar a disminuir y eventualmente a desaparecer en algún momento de 2014; esto como respuesta a que la economía de Estados Unidos, de acuerdo con lo que muchos piensan, está en un franco proceso de crecimiento. Es una paradoja que las buenas noticias económicas afecten negativamente a los mercados, en virtud de que eso pudiera presionar la disminución o eventualmente la desaparición de los estímulos.

Pareciera  como que los mercados prefieren tener periodos de alegría fincados en medidas artificiales como son los estímulos monetarios que se le han puesto a esa economía y que fueron necesarios cuando las cosas estaban muy mal, pero que lógicamente tienden a desaparecer en la medida en que las cosas se componen.

Lo más difícil para los mercados está aún por venir debido a que, a ciencia cierta, nadie sabe o puede asegurar si la economía de los Estados Unidos de verdad ya salió de la crisis o si los datos que se reciben son simplemente hechos aislados que no marcan tendencia. Además toda esta serie de estímulos monetarios que ha implementado la Reserva Federal, son inéditos; no cabe duda que han sido favorables y yo diría indispensables para que la economía de EU salga de su crisis, pero lo que no sabemos es qué efectos van a producir en la economía real, cuando sea  el momento de su salida hasta  finalmente desaparecer.

Para nuestro país, lo que está sucediendo es una buena noticia aunque haya provocado pérdidas en el mercado de bonos, porque si la economía norteamericana  realmente está saliendo adelante, eso sin lugar a dudas nos va a beneficiar, pero debemos tener mucho cuidado para mover nuestras tasas de interés en concordancia con lo que acontezca con las tasas de interés en
Estados Unidos.

Para ser muy objetivos, hay que recordar que en la Unión Americana –en condiciones normales– las tasas de corto plazo deben de estar alrededor de 4% y las de largo plazo de 6%; en México las tasas de pesos también en condiciones normales deben de estar,  las de corto plazo en alrededor de 6% y las de largo plazo de 8%.

Pero hoy la realidad es que a corto plazo, en EU la tasa es cero y en México 3.7%, las de largo plazo allá están en el 2.15% y las de México en 5.5%; por lo tanto, debemos de esperar, si las condiciones económicas mejoran, a que todas se suban a los niveles que se tenían en condiciones normales.

En este proceso los grandes perdedores serán los mercados de bonos, y los ganadores sin lugar a dudas, serán los accionarios. Todavía es temprano para hacer predicciones; sin embargo, sí es el momento de actuar con cautela.