Manuel Somoza

Inversión inteligente

Manuel Somoza

13 Jun, 2013

La volatilidad será la constante en los próximos meses

El análisis que se tiene que hacer hacia adelante por parte de los inversionistas se presenta en forma muy completa, refiriéndome a Estados Unidos, porque por un lado hay que dilucidar qué está pasando en la economía real, y por otro, de lo que está sucediendo cuánto es producto de cambios de tendencias reales de la economía y cuánto es provocado por los estímulos monetarios  que ha implementado la Reserva Federal para salir de la crisis de 2008. Por supuesto es difícil separar los dos análisis ya que son interdependientes; sin embargo, trataré de hacerlo.

Encuentro que la economía de Estados Unidos, en el momento actual, está mejorando paulatinamente a pesar de los obstáculos  que  ha enfrentado, y con esto me refiero a la falta de acuerdos entre Republicanos y Demócratas que en este año ha traído como consecuencia tanto incremento de impuestos como la entrada de un programa de recortes forzosos por 1.2 trillones de dólares en los próximos diez años.

A pesar de lo anterior, el consumo privado se ha empezado a fortalecer, los precios de las casas han empezado a aumentar, el sector de la construcción –uno de los más golpeados en la crisis– está resurgiendo y también la inversión privada se comienza a mostrar con fuerza.

Todo lo anterior provocará que la tasa de desempleo disminuya hacia adelante, y si nada catastrófico sucede
–que hoy no vemos dentro del radar– Estados Unidos en 2014 podrá decir que superó la gran crisis del siglo XXI.

Hasta aquí todos podíamos pensar que las noticias son bastante buenas, a pesar de esto, el hecho de que la economía norteamericana mejore, traerá como consecuencia inevitable que los estímulos monetarios impuestos por  la Reserva Federal para ayudar, empiecen a disminuir (yo pienso que esto podría empezar a suceder a principios del 2014) y eventualmente a desaparecer.

Además de lo anterior, también en forma inevitable, las tasas de interés tenderán a subir para ubicarse en niveles de antes de la crisis, es decir, la tasa de referencia deberá irse hasta niveles de entre 3.5% y 4%, así como la de largo plazo, entre 5.5% y 6% –actualmente está en 0.25% la primera y la segunda en 2.2 por ciento–.

Este proceso de alza de tasas ojalá sea paulatino y se complete en un par de años,  pero de cualquier manera tendrá efectos en todo el mundo. El alza de la tasa es inevitable porque si no fuera así se podrían crear burbujas que distorsionen la economía, pero también la disminución y salida de los estímulos monetarios podrán provocar inflación ya que es algo inédito, lo cual eventualmente –y no lo estoy vaticinando– puede suceder.

Si así fuere, las tasas de interés subirán más de lo normal con todos los efectos devastadores que esto traería sobre la economía norteamericana y del mundo en general.

Para México será de vital importancia el acomodar las tasas de interés nacionales de acuerdo a las de Estados Unidos  para no tener flujos de inversiones negativos, lo que nos debe de llevar a ser muy conservadores en cuanto a no incurrir en déficits fiscales; es el momento de apuntalar finanzas públicas sanas porque el entorno externo nos puede perjudicar.

Así las cosas y ante la volatilidad que seguramente se va a presentar, el tener liquidez será importante, por lo que habrá que estar cazando las oportunidades que estos momentos  provocan.

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