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CIUDAD DE MÉXICO.- A unos días de que termine su cargo como presidente de la Comisión Federal de Competencia (Cofeco), Eduardo Pérez Motta asegura sentirse satisfecho de su trabajo. Sin embargo, desde el inicio de la entrevista es inevitable que hable de los nuevos organismos reguladores que entrarán pronto en funciones, y que sustituirán a la actual comisión que él encabeza, así como a la Federal de Telecomunicaciones.
“La autonomía que otorgó la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones, radiodifusión y competencia al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y a la Comisión Federal de Competencia Económica (CFCE) es una condición necesaria, pero no suficiente para ser independientes. Más que nada, se requiere de voluntad para neutralizar el riesgo de que, ante las presiones políticas y de la industria, el regulador termine enamorado de sus regulados”, dice Pérez Motta en entrevista con Excélsior.
Su semblante muestra despreocupación ante la respuesta de que siempre trató de ser imparcial ante una decisión tomada en el pleno de la Cofeco, pero cambia repentinamente cuando advierte que hay riesgos de que con la reformas constitucional se pueda retroceder en lugar de avanzar, si no se tiene el cuidado suficiente en la configuración de la regulación secundaria y en la correcta ratificación o rechazo de las designaciones ya realizadas por el presidente Enrique Peña Nieto para ocupar los cargos de comisionados al IFE y a la Cofece.
“No hay improvisados, ni iniciados, sino gente con experiencia probada. De los 14 propuestos, la mitad se hicieron profesionalmente en la Cofeco”, agrega.
Retoma la serenidad al señalar que en materia de competencia económica en México se han logrado avances muy importantes, y que como la ley secundaria “es la letra chiquita”, existen fuertes presiones políticas y económicas para que los cambios vayan más allá de lo que establece la reforma constitucional.
Por lo anterior, el presidente de la Cofeco hizo un llamado al Congreso para no abrir totalmente la Ley Federal de Competencia Económica de 2011, sino que se trabaje únicamente sobre aquellos artículos que toca la reforma constitucional. “Se debe dejar claro a los futuros comisionados que son parte de un nuevo organismo regulador autónomo”.
Contrapesos
El tema de contrapeso en la industria y entre las autoridades es uno de los principales que deben atenderse, dice Pérez Motta durante la plática.
Precisa que en el caso del sector de las telecomunicaciones y la radiodifusión, el haber transferido facultades en materia de competencia al IFT “fue la decisión más desafortunada” de los integrantes del Consejo Rector del Pacto por México, y que avaló el Congreso, “ya que en el juego regulatorio se deben tener contrapesos”.
“Entonces, el tener una autoridad muy poderosa, sin contrapesos, no ayuda al sector de las telecomunicaciones, porque al final del día son pocos los jugadores, son siete. Ves a uno por día y toda la semana vas a ver a los mismos. Lo que acaba pasando normalmente con el regulador es que se termina enamorando de sus regulados, para no hablar de captura. En el fondo es captura y es amor”, dice.
Observa que no hay balances, ni contrapesos, y pone de ejemplo que en otros países no hay casos en los que la autoridad en materia de telecomunicaciones también vea asuntos de competencia de manera exclusiva.
Dice seriamente que a la larga los miembros del Congreso y del Pacto acabarán por darse cuenta que cometieron un error.
Buena herencia
Pérez Motta considera que la Comisión Federal de Competencia trabajó muy fuerte durante muchos años en la configuración de una política sectorial, y que entre los avances actualmente se puede ver el costo de violar la ley mediante la aplicación de sanciones e instrumentos de investigación.
Luego de tomarse una pausa, destaca que son cuatro los componentes esenciales de tal política de competencia: que la autoridad sea una amenaza creíble, como es el hecho de que mientras antes las multas eran de 1.5 millones de salarios mínimos, en la actualidad, y a partir de la reforma a la Ley Federal de Competencia Económica, es de hasta diez por ciento de los ingresos anuales en México.
Enfatiza que hay sanciones penales de entre tres y diez años por prácticas monopólicas absolutas, además de que se permiten las visitas sorpresivas a los regulados. “Independientemente de que los regulados, en el caso de reconocer que están violando la ley, pueden echar mano de la terminación anticipada de los procesos.
Durante la entrevista presume que hoy la comisión gana 75 por ciento de los casos, cuando antes sólo lo conseguía en la mitad de los procesos, lo que implica mayor eficiencia.
Los avances en las leyes
La Cofeco ha tenido un mayor acercamiento con los regulados, con otras autoridades y con jueces para el mejor entendimiento mutuo del ámbito de la competencia económica y de la aplicación de las leyes.
Al menos es lo que asegura en entrevista Eduardo Pérez Motta, presidente de la Comisión Federal de Competencia (Cofeco), quien comenta que con la reciente reforma constitucional se tiene como avance principal que la Cofeco, de ser un órgano desconcentrado desde 1993, ahora la Comisión Federal de Competencia Económica tiene autonomía plena.
“También, de poder aplicar multas máximas de 375 mil salarios mínimos y contar con pocos instrumentos de investigación; en adelante se podrá tener acceso, así como desincorporar insumos esenciales”, agrega.
Poco antes de despedirse, dice que otro de los componentes delicados de la reforma constitucional es la conformación de tribunales especializados, lo cual ya se realizó, pero falta la designación de sus magistrados y la capacitación de éstos en materia económica.
Vale señalar que el único personaje que repetirá en el interior de los nacientes organismos reguladores autónomos será el actual comisionado de la Cofeco, Luis Alberto Ibarra Pardo, quien sólo requiere ser ratificado por el Senado.
