Tom Clancy

Año 2013. Veinte años después de firmar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y México se reúnen en el Distrito Federal, esta vez para suscribir un acuerdo de seguridad conjunta para la región, que abarca acciones contra el tráfico de estupefacientes, el terrorismo y la inmigración ilegal. Sorpresivamente, la cumbre es atacada por un grupo rebelde que mata al primer ministro canadiense mientras los otros dos mandatarios logran escapar del atentado. Es necesaria la intervención de una poderosa fuerza de élite para combatir a los insurrectos en espectaculares batallas que tienen como escenario el centro de la capital mexicana.

Concebida en 2005 por Gérard Lehiany, la historia de este imaginario triple golpe de Estado no pretendía ser profecía de geopolítica internacional ni libreto de algún previsible thriller hollywoodense, sino que es el argumento de Ghost Recon Advanced Warfighter, séptima parte de una saga de videojuegos cuyo nombre completo incluye el de su creador, el novelista Tom Clancy, fallecido el pasado martes a los 66 años.

Estadunidense de cepa, Clancy debe buena parte de su fama universal a las exitosas versiones cinematográficas de sus obras La caza del Octubre Rojo, Peligro inminente, La suma de todos los miedos y otras protagonizadas por el ficticio analista de la CIA Jack Ryan, la versión estadunidense del agente 007 inventado por el inglés Ian Fleming, aunque menos dado a martinis, galanteos y gadgets.

Nacido en Maryland el 12 de abril de 1947, Clancy reúne todas las características de un geek, aunque sus ideas conservadoras no lo harían precisamente un héroe de la corrección política. Admirador de Ronald Reagan e integrante de la poco presentable Asociación Nacional del Rifle, fue un defensor acérrimo del espionaje como factor clave para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Ajeno a la densidad literaria de su colega británico John le Carré, Clancy basó buena parte de su narrativa en la construcción de complejas argumentaciones científicas que lo encasillaron en el techno-thriller al lado de otros autores de best sellers como Michael Crichton (Parque Jurásico) y Dan Brown (El Código Da Vinci).

Sin embargo, Clancy llevó más allá su vocación tecnológica mediante una participación activa en la industria del videojuego. En 1996, junto con Doug Littlejohns, capitán de la marina real británica, fundó la compañía Red Storm Entertainment, que buscaba aprovechar al máximo las virtudes de consolas como PlayStation para desarrollar títulos que dieran al jugador la posibilidad de experimentar en carne propia las intrincadas tramas urdidas por la mente del novelista (quien, por esta vez, no es necesariamente el autor de las historias, aun cuando su nombre sea parte indisoluble de la marca).

Adquirida años después por la firma francesa Ubisoft, Red Storm ha destacado por el éxito de la saga Rainbow Six, en la que, a diferencia de los juegos tipo Comando (Capcom, 1985), no se trata de maniobrar a soldados que entran a escena echando metralla a granel, sino que se exige del jugador un pensamiento táctico y estratégico y un uso inteligente del arsenal. Una modalidad que va más allá en la serie Tom Clancy's Ghost Recon, que a lo largo de diez títulos (algunos de ellos considerados simplemente "expansiones" y no necesariamente secuelas) dan al jugador la oportunidad de dirigir a soldados de élite en misiones por Europa Oriental, Etiopía, Cuba, Colombia, Corea del Norte y Pakistán antes de su llegada al Distrito Federal, de donde parten hacia Ciudad Juárez, cuya inclusión en la saga no estuvo exenta de polémica.

Según declaraciones publicadas en la edición digital de El Paso Times del 3 de agosto de 2007, Héctor Murguía, alcalde de la urbe fronteriza, condenó a Ghost Recon Advanced Warfighter 2 al señalar que no era un juego, sino un acto criminal contra la capacidad intelectual de los juarenses, completamente alejado de la realidad de la frontera, y pidió a las autoridades federales mexicanas actuar inmediatamente para evitar que niños y adolescentes estuvieran expuestos a ideas xenófobas y bélicas. Un buen homenaje a Clancy habría sido cabecear la nota de aquellas declaraciones con el título Juego de patriotas.

marco.gonsen@gimm.com.mx