Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

17 Oct, 2013

Y sí, en el límite, pero acordaron los políticos

Sé que ahora habrá muchos que digan que era obvio que los políticos estadunidenses iban a llegar a un acuerdo antes de la fecha límite, como ocurrió ayer por la tarde. Pero también pienso que a más de uno de esos personajes les debe haber temblado la mano y algo más conforme pasaban los días y luego las horas y no se llegaba a nada y se veían fracasar los intentos de negociación de los que supimos en los días pasados.

La semana pasada en Washington, en alguno de los seminarios a los que asistí, el moderador preguntó a los miembros del panel en turno (entre los que se encontraban la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, el gobernador del Banco Central de China y el ministro de Hacienda de España) por qué pensaban unánimemente que el conflicto político alrededor del tema fiscal en Estados Unidos se resolvería y ninguno dio una razón de tipo técnico. Todos apelaron a cosas como “el sentido común” o “la buena voluntad de las partes” y “la capacidad negociadora”.

Después el moderador preguntó a la audiencia quiénes pensábamos en que un arreglo era posible y quiénes no. La mayoría pensaba en lo primero, pero no todos, lo que pienso que reflejaba mejor el sentir general y que los panelistas, por las posiciones que ocupan en el escenario global de la economía y la política, no podían expresar sus dudas y temores al respecto en un auditorio lleno de gente interesada en el tema y con medios de comunicación enfrente.

Pero estoy seguro que al banquero chino le preocupaba la tenencia de bonos estadunidenses en posición de su banco central y a la señora Lagarde el impacto en los mercados y la muy probable alza de las tasas de interés y el comportamiento del dólar. Así como a mí y a muchos más nos preocupaban cosas más cercanas a nuestro terreno cotidiano.

Aunque yo compartí varias veces con usted, amigo lector, mi creencia de un posible arreglo y que este se alcanzaría en el límite del plazo, por supuesto que estaba preocupado por mis decisiones de inversión que además, escribo en este espacio con frecuencia, de manera general, lo que me imputa una responsabilidad que acepto con gusto.

Pero el comportamiento de los mercados desde que empezó este lío me hacía sentir un tanto tranquilo. Especialmente el del mercado en Estados Unidos, reflejado en el S&P 500. Hace unos días escribí que la baja era cercana a 5%, lo que si bien no es poco tampoco es algo que sea extraño en un lapso de tres semanas de operación, sobre todo si sabemos que hay una causa y la baja se conduce de manera ordenada.

Y en los últimos seis días, la trayectoria cambió de baja a alza, cuando todavía no se tenían noticias de un acuerdo. Pero el mercado lo olfateó, cosa que me atreví a escribir aquí. Alguien en esos días me dijo que yo no me veía tan preocupado como se suponía y mi respuesta fue que el mercado me lo permitía, por las razones que usted conoce. Como suelo decir, si no confío en mi técnica, mejor me dedico a otra cosa.

De tal modo que sería de esperarse que el mercado recompusiera su condición una vez resuelto el problema, más o menos en los términos esperados, cosa que para fines prácticos casi ya hizo pues la baja la inició el S&P 500 en mil 729 y ayer ya había alcanzado los mil 721.

Ahora enfrentará al máximo histórico, justo ahí donde empezó a la baja reciente y creo que con posibilidades de resolverlo al alza, aunque como siempre alguna resistencia encontrará. Me encantaría que en ese punto empezara un desplazamiento lateral digamos hasta finales de mes y luego intentara nuevamente un alza más interesante. No lo descarte.

Del mercado mexicano ofrezco ocuparme en los siguientes días. Atraviesa por circunstancias más complejas, que empiezan en los malos resultados del crecimiento económico, siguen en las negociaciones políticas y la calidad de las propuestas que surjan y claro, con los resultados corporativos en la línea de salida. Usted sabe que pienso en que habrá alguna oportunidad de corto plazo, con aquellas acciones que han “levantado la mano”. Suerte.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube